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Oración a la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Chiquinquirá para la protección familiar

Esta poderosa oración podría unir corazones y renovar la esperanza antes de finalizar 2024; que unir tu familia sea un propósito para el 2025.

Imagen de referencia, oración
Imagen de referencia, oración
Foto: Getty Images

La devoción a la Virgen de Guadalupe y la Virgen de Chiquinquirá trasciende fronteras, uniendo a millones de fieles en un acto de fe que busca fortaleza, protección y esperanza. Estas advocaciones marianas han sido históricamente símbolos de consuelo y guía espiritual, especialmente en momentos de adversidad familiar.

La Virgen de Guadalupe, también conocida como la Patrona de América Latina, tiene un papel preponderante en la tradición católica.

Su imagen, que se le apareció a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531, se ha convertido en un emblema de unidad y fe. Por otro lado, la Virgen de Chiquinquirá, venerada principalmente en Colombia y Venezuela, también representa un poderoso vínculo espiritual.

Su historia, que data de 1586, relata cómo una imagen deteriorada fue milagrosamente restaurada, inspirando una fe renovada en los creyentes.

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Recitar una oración a estas veneradas figuras marianas se ha convertido en un acto cargado de esperanza para quienes buscan proteger a sus seres queridos. Aquí te compartimos una plegaria que fusiona estas dos devociones:

"Santísima Virgen de Guadalupe y Virgen de Chiquinquirá, madres amorosas que todo lo ven, con humildad me postro ante ustedes para pedir su amparo y protección. Intercedan por mi familia, guíenla por el sendero del bien y envuélvanos con su manto celestial. Que la paz, la salud y el amor reine en nuestro hogar, y que podamos superar juntos las pruebas que la vida nos presenta. Confiamos en su misericordia infinita. Amén."

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Esta oración no solo representa un acto de fe, sino también un momento de reflexión para fortalecer los lazos familiares. En tiempos de incertidumbre, buscar consuelo en estas advocaciones puede ser un aliciente espiritual para mantener la esperanza viva.

Tanto la Virgen de Guadalupe como la Virgen de Chiquinquirá nos recuerdan que la fe puede ser un refugio poderoso en cualquier circunstancia. Al unir sus enseñanzas y mensajes de amor, los devotos encuentran en ellas un faro de luz para superar las dificultades cotidianas y proteger a sus seres queridos.

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