Un cajero automático en Texas, Estados Unidos, literalmente empezó a escupir papeles con mensajes pidiendo ayuda. Cuando la policía, alertada por los usuarios, llegó al lugar creyeron que se trataba de una broma.
Pero al entrar al cubículo, los uniformados se sorprendieron al escuchar una voz que salía del propio cajero electrónico, según señaló el Washington Post.
¿La razón? Un técnico estaba encerrado en el interior de la máquina sin teléfono celular. Desesperado intentó alertar al exterior escribiendo mensajes con pedido de auxilio en pedazos de papel que deslizaba por las ranuras del distribuidor de billetes.
En uno de los mensajes, el técnico en reparaciones escribió: "Ayúdenme. Estoy atrapado aquí y no tengo mi teléfono. Llamen a mi patrón" y daba un número de teléfono.
La Policía se encargó de liberarlo, pero no se revelo la identidad del trabajador.