Un gato llega a buscar a su novia a altas horas de la noche y en lugar de concretar su amor, recibió un regaño de parte del dueño de la gata.
“Ella es una gata de su casa”, le dice el hombre mientras el felino lo mira atentamente y responde a sus palabras con un simple “miau”.
Del otro lado de la puerta estaba la gata prestando atención a la visita, pero quedó triste al ver que su pretendiente era echado por ser “callejero”.
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En los comentarios, Internautas reclamaron al dueño por discriminar al pobre gatico que debía dejarlos vivir su evidente amor.
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