Un Profesor violador en Putumayo fue enviado a prisión por, presuntamente, abusar sexualmente de 19 alumnas menores de edad, con edades comprendidas entre los 6 y 10 años, en un centro educativo rural, según dictaminó un juez colombiano.
El acusado, identificado como Libar Ropero Mandon, habría perpetrado los abusos contra estudiantes de preescolar y primaria durante un período que abarca desde 2016 hasta 2018, dentro de las instalaciones escolares, informó la Fiscalía en un comunicado oficial.
De acuerdo con la investigación en curso, las menores coinciden en sus testimonios al relatar que el individuo aprovechaba momentos a solas en las aulas para realizar tocamientos de naturaleza sexual mientras las tenían sentadas sobre sus piernas.
La Fiscalía formalizó cargos por acceso carnal violento y actos sexuales con menores de 14 años agravados , aunque el acusado no los admitió. Mandon se entregó a las autoridades en un punto de control entre Mocoa, capital del Putumayo, y Pitalito, Huila.
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Un juez con funciones de garantías decretó la medida de aseguramiento en un establecimiento penitenciario, según informó la entidad acusadora.
Las autoridades continúan investigando el caso para esclarecer completamente los hechos y llevar a cabo los procedimientos legales correspondientes. E l impacto de estos actos atroces resalta la urgencia de fortalecer los mecanismos de prevención y detección temprana del abuso sexual infantil, así como de brindar apoyo integral a las víctimas y sus familias en su proceso de recuperación.
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Ratifican sentencia a otro violador
En otro hecho similar, el Tribunal Superior de Bogotá ratificó la condena de 20 años de prisión en contra de el patrullero de la Policía Nacional, Wilson Andrés Pantoja, por el secuestro y violación de una menor en el sur de Bogotá.
Según los detalles revelados durante el juicio, en el año 2020, Pantoja trasladó a una menor de edad a una residencia en el sector de San Cristóbal, donde la mantuvo retenida, alejada de su familia a la que no respondía por teléfono. Posteriormente, la desvistió, la besó y, amenazándola con las esposas propias de su función policial, la agredió sexualmente.
En un lapso de tan solo 30 minutos, cometió el abuso en tres ocasiones, manteniendo a la víctima secuestrada durante siete horas. Finalmente, le entregó $20.000 y la envió de regreso a su hogar en un taxi. Fue entonces cuando la joven, al llegar a casa, reveló el terrible suceso a su madre, quien de inmediato denunció el incidente ante las autoridades.
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