En tiempos de cambios económicos, las personas buscan dónde invertir sus ahorros con seguridad y buenos rendimientos. Dos de las opciones más mencionadas son el CDT y los Fondos de Inversión Colectiva (FIC).
Aunque ambos instrumentos pueden resultar atractivos, cada uno responde a perfiles distintos de inversionista. La clave está en entender sus diferencias, beneficios y riesgos.
Invertir en un CDT: estabilidad y certeza
Un CDT (Certificado de Depósito a Término) es un contrato entre el cliente y un banco, donde el inversionista entrega su dinero por un plazo fijo y recibe al final un rendimiento previamente pactado. Su mayor atractivo es la seguridad: desde el inicio se sabe cuánto se recibirá y cuándo. Además, en Colombia estos productos están respaldados por Fogafín hasta 50 millones de pesos, lo que brinda tranquilidad adicional.
Sin embargo, no todo es positivo. Una de las limitaciones de este producto es la liquidez: si el cliente necesita el dinero antes del plazo acordado, generalmente debe enfrentar penalidades.
Otro punto clave es la tasa de interés, que depende del momento en que se abra el CDT. Por ejemplo, si la tendencia del mercado indica que las tasas van a la baja, resulta conveniente fijar un plazo largo para asegurar mejores rendimientos.
Finalmente, es importante tener en cuenta la inflación. Aunque el CDT protege el capital, si el alza de precios es mayor al porcentaje pactado, el inversionista puede perder poder adquisitivo. Aun así, sigue siendo la elección preferida de quienes buscan estabilidad y rentabilidad fija.
Fondos de Inversión Colectiva: diversificación con más riesgo
Los FIC funcionan de manera distinta. En este caso, el dinero de varios inversionistas se reúne en un fondo que es administrado por expertos financieros.
Estos gestores distribuyen el capital en diferentes activos, como acciones, bonos o bienes raíces, lo que permite diversificar y equilibrar los riesgos.
La ventaja principal de un fondo colectivo es la flexibilidad. Muchos permiten el retiro del dinero sin penalidades, lo que da mayor liquidez frente al CDT.
Además, los inversionistas pueden escoger su perfil: conservador, moderado o arriesgado, dependiendo de la tolerancia al riesgo y de los objetivos de rentabilidad.
No obstante, los FIC no cuentan con la protección de Fogafín, lo que implica que en caso de pérdidas el inversionista asume directamente el riesgo.
Otro punto a vigilar es la volatilidad del mercado: aunque la diversificación protege, una crisis en un sector puede afectar los resultados del fondo. Por ello, es clave elegir fondos con buena calificación y administración confiable.
En conclusión, la decisión entre un CDT y un FIC depende del perfil de cada persona. Quienes prefieren seguridad y rendimientos fijos se inclinarán por el CDT.
En cambio, los que buscan mayores ganancias y están dispuestos a asumir riesgos pueden optar por un fondo de inversión. Sea cual sea la elección, lo esencial es informarse y analizar el panorama económico antes de invertir.
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