La comunidad no sale de su asombro y estupor tras conocerse la noticia del cruel asesinato del médico Juan Guillermo Aristizábal, un respetado urólogo que perdió la vida en un lamentable suceso ocurrido en la Clínica Medellín. El presunto agresor fue identificado como Jhon Ferney Cano González.
Según la investigación que avanza, el hombre habría acabado con la vida del médico antes de quitarse la vida con un revólver en el baño del consultorio. Durante el ataque, la asistente temporal del doctor, identificada como Daniela Díaz, también resultó herida de gravedad en el tórax, aunque según información de medios locales de comunicación, en la actualidad su estado de salud es estable.
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El enfrentamiento trágico llegó a su punto álgido cuando Cano González, supuestamente afectado por problemas de esquizofrenia, inició un incendio en el consultorio, provocando la intervención del Cuerpo de Bomberos de Medellín. A pesar de la presencia de la Policía Metropolitana de Medellín, los intentos por persuadir al agresor para que se entregara fueron infructuosos, y poco después se escucharon más disparos, encontrando su cuerpo sin vida.
Según informes, Cano González era paciente psiquiátrico y había sido atendido en la misma clínica donde ocurrió el trágico incidente. Amigos y colegas del doctor Aristizábal revelaron que este no era el primer enfrentamiento entre él y su agresor. Incluso, en ocasiones anteriores, Aristizábal había solicitado restricciones de acceso para Cano en la clínica, consciente de las amenazas recibidas.
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Juan Guillermo Aristizábal había recibido amenazas antes de su muerte
La situación pone de manifiesto los desafíos y riesgos a los que se enfrentan los profesionales de la salud, como señala el doctor Juan Camilo Arango, colega y amigo de Aristizábal. Arango mencionó, en entrevista para la emisora Blu Radio, las constantes amenazas y extorsiones que sufren los médicos, así como la presión por resultados que a menudo olvida la humanidad en la práctica médica. Según su versión al parecer el paciente no estaba conforme con un diagnóstico que Aristizábal le había dado en un tratamiento que le había hecho anteriormente.
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A pesar de los consentimientos informados y las precauciones tomadas, la presencia de trastornos mentales en algunos pacientes puede complicar la gestión de riesgos en la práctica médica. Arango señala que, en situaciones como estas, los consentimientos legales no siempre protegen al personal médico de las acciones impredecibles de los pacientes afectados por trastornos psiquiátricos.
En un comienzo se había especulado que había una persona capturada, señalada como cómplice o segundo involucrado en el hecho, sin embargo, con el paso de los días esa versión se ha ido desvirtuando ya que al parecer Jhon Ferney habría actuado solo y lo tendría planeado desde mucho tiempo atrás pues en repetidas ocasiones había repetido sus amenazas.