
Falleció reconocido músico de Misión Imposible y El Exorcista
El cine y la música están de luto tras confirmarse la partida de uno de los compositores más influyentes de todos los tiempos. Su legado es eterno.

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El mundo de la música y el cine está de luto tras confirmarse la muerte de Lalo Schifrin, legendario compositor argentino-estadounidense, el pasado jueves 26 de junio de 2025.
El maestro de las bandas sonoras, responsable del inolvidable tema de Misión Imposible, falleció en su residencia en Los Ángeles a los 93 años, víctima de una neumonía.
Nacido como Boris Claudio Schifrin el 21 de junio de 1932 en Buenos Aires, Lalo demostró desde niño un talento excepcional para el piano, influenciado por su padre, violinista profesional.
Aunque comenzó con formación académica, su verdadero amor fue el jazz, género que descubrió de forma clandestina en su juventud. Esta pasión lo llevó a colaborar con grandes figuras como Dizzy Gillespie, con quien grabó la célebre suite Gillespiana en 1960.
Su carrera despegó rápidamente, y pronto Schifrin se convirtió en un referente de la música para cine y televisión, mezclando con maestría el jazz, los sonidos orquestales y el lenguaje cinematográfico.
La fama internacional le llegó con la composición del tema principal de Misión Imposible para la cadena CBS en 1966.
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Su ritmo sincopado de cinco notas no solo marcó un estilo, sino que se volvió un emblema cultural del cine de espías, manteniéndose vigente en la exitosa saga protagonizada por Tom Cruise.
Aunque su música para El Exorcista fue descartada por el director William Friedkin, la obra original de Schifrin sigue siendo altamente valorada por su atmósfera única y su audaz propuesta sonora.
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Entre sus composiciones más destacadas también figuran:
Durante su trayectoria, Lalo Schifrin fue reconocido con numerosos galardones:
Compuso más de 100 bandas sonoras para cine y televisión, consolidándose como uno de los compositores más influyentes del siglo XX. Su legado musical continuará marcando generaciones y su talento será recordado cada vez que escuchemos esas cinco notas que anunciaban una misión imposible.