Ester Maia Corecha da Silva, de 25 años y madre de una niña, enfrenta una grave crisis de salud tras someterse a un tratamiento estético en Brasil. La joven, que buscaba reducir la celulitis y la grasa abdominal, terminó en silla de ruedas debido a las severas complicaciones del procedimiento.
El trágico evento se desencadenó cuando Ester acudió a una residencia privada de enfermeras para realizarse el tratamiento. A pesar de que le resultó inusual que la intervención se llevara a cabo en una casa particular, decidió continuar confiando en la experiencia del personal.
Horas después del procedimiento, Ester comenzó a experimentar una intensa inflamación en los glúteos y un dolor agudo en la zona tratada. Preocupada fue trasladada de urgencia al hospital donde los especialistas diagnosticaron la presencia de quistes y tejidos anormales que se habían extendido hasta su coxis.
El daño resultante fue tan grave que Ester no ha podido volver a caminar y ahora depende de una silla de ruedas para su movilidad diaria.
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Según informó el Daily Mail, el tipo específico de tratamiento estético al que se sometió Ester no está del todo claro. Sin embargo, se sabe que existen varios procedimientos para la celulitis que carecen de evidencia suficiente sobre su seguridad y eficacia, lo que puede conducir a resultados devastadores como los que experimentó Ester.
Este caso subraya la importancia de investigar exhaustivamente y optar por procedimientos estéticos seguros y probados, preferiblemente realizados en instalaciones médicas certificadas.
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La experiencia de Ester Maia Corecha da Silva es un llamado de atención sobre los riesgos asociados con algunos tratamientos estéticos y la necesidad de una regulación más estricta en la industria.
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