
El 21 de abril de 2025, el mundo se conmocionó con la noticia del fallecimiento del papa Francisco, quien murió a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta en el Vaticano.
La causa oficial fue un ictus cerebral fulminante que le provocó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según confirmó el parte médico firmado por el doctor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.
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¿Qué es un ictus cerebral?
Un ictus cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), es una interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro. Puede ser de tipo isquémico, cuando un coágulo bloquea una arteria, o hemorrágico, cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cerebro.
Ambos tipos pueden causar daño cerebral irreversible y son emergencias médicas que requieren atención inmediata. El Faro de Ceuta
Factores que contribuyeron al deceso del papa Francisco
El papa Francisco había enfrentado varios problemas de salud en los últimos meses. En febrero de 2025, fue hospitalizado durante 38 días debido a una neumonía bilateral microbiótica e insuficiencia respiratoria aguda.
Además, padecía bronquitis múltiple, hipertensión y diabetes tipo II, condiciones que aumentan significativamente el riesgo de sufrir un ictus cerebral.
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El día anterior a su fallecimiento, el Papa hizo su última aparición pública durante la misa de Pascua, donde impartió la bendición Urbi et Orbi. Se le observó notablemente debilitado y con dificultad para hablar, lo que reflejaba su delicado estado de salud.
Legado y últimas voluntades
Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco, fue el primer pontífice latinoamericano y jesuita. Durante su pontificado, abogó por los derechos humanos, la justicia social y la inclusión dentro de la Iglesia.
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En su testamento, expresó su deseo de ser enterrado en una tumba sencilla en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, con la única inscripción "Franciscus".
Tras su muerte, se activó el protocolo de "sede vacante" y se espera que en las próximas semanas se celebre un cónclave para elegir a su sucesor.
La partida del papa Francisco deja un legado de humildad, cercanía con los marginados y reformas significativas dentro de la Iglesia Católica.