El fallecimiento del profesor y gestor cultural Armando Luis Rivero Manjarrez causa conmoción en Sucre y Bolívar, donde era reconocido por su labor en el Festival Nacional de Gaitas de Ovejas. Rivero desapareció el 12 de julio y fue hallado sin vida cinco días después; horas más tarde, su camioneta apareció incinerada.
La desaparición del profesor generó muchos interrogantes y movilizaciones por parte de familiares y amigos, quienes exigieron justicia y respuestas a las autoridades. El hallazgo el 17 de julio, entre los municipios de Sampués y San Benito Abad, intensificó la indignación de la comunidad que clamaba por esclarecer las circunstancias de la muerte del también periodista.
Inesperado giro en caso del profesor
Armando Luis Rivero
Este 2 de octubre la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional dieron un giro inesperado al caso al capturar a tres individuos implicados en el crimen.
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Entre ellos se encuentran la pareja sentimental del profesor, Juana Perea, y su hijastro, Yefran Orozco Perea. Esta captura se llevó a cabo en un operativo en el barrio Villa Natalia de Sincelejo, donde Rivero había vivido durante la última década junto a quienes ahora son investigados.
El hecho más impactante de esta situación es que los detenidos se presentaron en el lugar donde fue encontrado el cuerpo de Rivero, supuestamente para identificarlo. En ese momento, frente a las autoridades y a familiares que lamentaban la pérdida, mostraron una actitud desconsolada que ha sido calificada como descarada por quienes conocieron a la víctima.
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Sus últimas horas con vida
El día de su desaparición Rivero salió de su hogar con destino a Guaranda donde se desempeñaba como rector de un colegio; sin embargo, nunca llegó a su destino. Por su parte, su camioneta Duster fue hallada incinerada en el departamento de Córdoba, lo que avivó la preocupación de la comunidad educativa y cultural de la región.
La autopsia realizada por Medicina Legal confirmó la identidad del docente y el 25 de julio fue entregado a sus familiares, quienes estaban presentes junto a los ahora capturados.
La situación se complica para Juana Perea, pareja sentimental del profesor, quien ocupaba un cargo como coordinadora en una institución educativa en Ovejas, revelando una posible complicidad dentro del círculo más cercano a la víctima.
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Con la detención de Juana y Yefran, las audiencias ante el juez de Garantías se convierten en una pieza clave para esclarecer los motivos detrás de este crimen.
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