El reciente traslado de John Poulos a la Cárcel y Penitenciaría de Alta y Media Seguridad de Valledupar, conocida como La Tramacúa, se convirtió en uno de los temas más comentados de la semana. El ciudadano estadounidense, condenado a más de 42 años por la muerte de la DJ Valentina Trespalacios, fue llevado el sábado 15 de noviembre desde La Picota, en Bogotá, y desde ese momento empezaron a salir detalles que han llamado la atención.
Apenas llegó, Poulos fue llevado a la Unidad de Sanidad, una medida estándar para quienes ingresan con condiciones particulares o requieren una evaluación inicial antes de definir en qué pabellón quedarán. Sin embargo, su paso por esta zona no ha sido tranquilo.
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Fuentes del Inpec confirmaron que su comportamiento ha generado preocupación. De acuerdo con reportes de prensa regional, el norteamericano habría mostrado actitudes que no encajan con los lineamientos de la cárcel. El Heraldo informó que su conducta fue considerada fuera de tono, mientras que versiones entregadas a RTA Noticias lo describen como un interno “difícil de manejar” e incluso “insoportable”.
Los roces no se habrían limitado al personal del Inpec. También se mencionan discusiones con otros privados de la libertad, lo cual terminó creando un ambiente tenso en el área donde permanece aislado mientras se define su ubicación definitiva dentro del penal.
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A su llegada, Poulos no tardó en hacer solicitudes. Según CNC Noticias, pidió hablar de inmediato con su abogado y con representantes de la embajada de Estados Unidos. Su intención: pedir que lo regresaran a Bogotá. El cambio a Valledupar implica enfrentarse a temperaturas altas y un régimen estrictamente controlado, características que hacen de La Tramacúa uno de los centros carcelarios más exigentes del país.
Mientras las autoridades determinan en qué pabellón será ubicado, el comportamiento del interno sigue bajo observación constante, y su traslado continúa generando reacciones tanto dentro como fuera de la cárcel.
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