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Por celos, le cortó las manos a su esposa con un hacha y las entregó empacadas en una caja

La cruel historia desata toda una polémica sobre la ley que castiga la violencia contra las mujeres.

Margarita Gracheva
Margarita Gracheva
/Foto de Margarita Gracheva, concedida a la BBC y El Comercio Perú

Margarita Gracheva es una joven de 26 años quien sufrió un brutal ataque de su esposo Dmitry Grachev quien le cortó las manos con un hacha.

El hecho ocurrió en el año 2017, cuando Margarita dejó a sus hijos en la guardería y luego su esposo en ese entonces se la llevó a un bosque solitario a las afueras de Moscú .

En su relato, la joven contó "Me llevó a un bosque, a un lugar aislado. Y me gritó: ‘¡Pon tus manos sobre el árbol!’,yo lloraba, gritaba y le rogaba que no me hiciera daño. Él me dijo que no mirara y comenzó a cortarme las manos".

Después de cometer este brutal ataque, el hombre llevó a su esposa al hospital sangrando y en una caja entregó la mano derecha de ella y luego se entregó a las autoridades.

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Este triste caso dejó en evidencia lo poco duras que son las leyes en Rusia sobre la violencia doméstica, después de que en el año 2017 se eliminaron algunos delitos del código penal, bajo el gobierno de Vladimir Putin .

El ahora exesposo de Margarita, fue declarado culpable y lo condenaron a 14 años de cárcel.

Dmitry Grachev
Dmitry Grachev
/Foto: Getty

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La Corte Europea de Derechos Humanos decidió que el gobierno ruso le debe pagar una compensación a Margarita Gracheva de US$400.000 por lo poco duras que son las leyes sobre violencia doméstica del país.

Sobre este caso, Margarita cuenta "Mis hijos no saben lo que pasó. Piensan que tuve un accidente. Es difícil para ellos. No sé cómo se lo explicaré".

Así mismo se expresó sobre lo que piensa de la condena a su exmarido Dmitry Grachev "Para mí, lo mejor hubiera sido que le dieran cadena perpetua. Eso me mantendría segura. Si él, eventualmente, vive cerca, eso no será seguro ni para mí ni para los niños".

Al darse a conocer este caso, algunas personas en todo el mundo le colaboraron económicamente para que ella pudiera tener una mano biónica derecha.

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