Iván Darío Botia Celis, un ex ciclista profesional y querido entrenador de ciclismo, falleció el pasado domingo 17 de marzo tras un trágico accidente de tránsito ocurrido el día anterior en una importante vía de Casanare. Botia, reconocido por sus triunfos en varias clásicas de ciclismo en Casanare, dejó en alto el nombre del departamento entre la comunidad deportiva.
Residente de Paz de Ariporo, Botia dedicó su vida al ciclismo, compartiendo su pasión y conocimientos con niños y jóvenes a través de una escuela de ciclismo en el municipio. A pesar de los esfuerzos médicos, las heridas sufridas en el accidente, ocurrido el sábado en la vía que del municipio de Sácama conduce al municipio de Paz de Ariporo, resultaron fatales, llevándolo a su deceso en el Hospital Regional de la Orinoquia (HORO).
Originario de Sácama, municipio ubicado a unas tres horas de la capital Yopal, Botia destacó en equipos de ciclismo, incluido 'Boyacá es para Vivirla', antes de su trágica muerte en el accidente entre Paz de Ariporo y Hato Corozal. Sus logros en el ciclismo casanareño quedarán en la memoria de aquellos que lo conocieron y recordarán como un hombre apasionado y entregado al deporte, especialmente a la disciplina del ciclismo, pasión que le corría por las venas, según comentan quienes lo conocían.
La noticia tiene conmocionado al mundo del ciclismo colombiano, con compañeros, dirigentes y entrenadores lamentando la pérdida de un talentoso deportista y amigo. Botia, siempre dispuesto a compartir su historia con la prensa y sus alumnos de la escuela deportiva, dejó huella en quienes lo rodeaban pues su inspiradora historia era un ejemplo a seguir para muchos.
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Representando a equipos como Boyacá Orgullo de América y Boyacá Se Atreve, Botia participó en competencias internacionales en Portugal y España, dejando su marca en el ciclismo internacional. A nivel nacional, sus victorias en la Clásica de Fusagasugá y la Vuelta al Tolima lo consolidaron como una figura destacada en el deporte.
Tras retirarse como ciclista profesional, Botia regresó a Paz de Ariporo, donde estableció una escuela de ciclismo para cultivar el talento local y también se desempeñó como comerciante. Su partida prematura generó una oleada de mensajes de tristeza y condolencias en las redes sociales, destacando el impacto que tuvo en la comunidad deportiva y entre sus familiares, conocidos, allegados, amigos y alumnos.
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