
Dormir con medias genera consecuencias que muchos ignoran por sentir 'calorcito'
Expertos han ofrecido recomendaciones clave para quienes optan por esta práctica, destacando las ventajas de ciertos materiales y advirtiendo sobre consecuencias.

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Dormir con medias es una costumbre que divide opiniones. Para algunos, esta práctica mejora su descanso, mientras que otros la encuentran incómoda o innecesaria.
Ante esta controversia, expertos han detallado qué se debe tener en cuenta al adoptar este hábito y cómo hacerlo de manera segura para evitar inconvenientes.
El especialista enfatizó que, si decides usar medias para dormir, lo ideal es optar por aquellas confeccionadas con tejidos naturales como el algodón o la lana.
Estos materiales permiten una mejor transpiración de los pies, reduciendo el riesgo de infecciones o problemas cutáneos, como el exceso de humedad o la aparición de hongos.
Además, destacó algunos beneficios relacionados con la regulación de la temperatura corporal. "Dormir con medias puede ayudar a mantener una temperatura adecuada en el cuerpo, favoreciendo la circulación y contribuyendo a un sueño más profundo y reparador", explicó en una de sus publicaciones.
Sin embargo, también señaló posibles consecuencias negativas de esta práctica si no se toman las precauciones adecuadas.
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Entre ellas, mencionó la incomodidad, el riesgo de que las medias ajustadas interfieran con la circulación o que el uso prolongado de tejidos sintéticos pueda irritar la piel.
Además expertos recomiendan prestar atención al tipo de medias que se elige y a cómo se sienten al usarlas. Si notas incomodidad o problemas en los pies, lo mejor es buscar alternativas como calentar la cama con una bolsa térmica antes de acostarte.
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Dormir con medias puede ser beneficioso para quienes sufren de frío en las extremidades, pero la clave está en hacerlo de forma responsable y con las prendas adecuadas.
Dormir bien es esencial para la salud física y mental. Si buscas mejorar la calidad de tu descanso, considera estas prácticas respaldadas por expertos:
Acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj interno de tu cuerpo. Este hábito favorece un sueño más profundo y reparador.
Tu habitación debe ser un espacio propicio para el descanso. Mantén una temperatura cómoda, reduce el ruido al mínimo y oscurece el espacio con cortinas o persianas. Si necesitas algo de luz, opta por luces cálidas y tenues.
La luz azul que emiten teléfonos, tablets y televisores puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Intenta desconectarte al menos 30 minutos antes de acostarte.
Consumir alimentos ricos en grasas o con altos niveles de azúcar cerca de la hora de dormir puede dificultar el sueño. También limita la cafeína y el alcohol en la tarde, ya que pueden alterar el ciclo del sueño.
Practicar actividades relajantes antes de dormir, como leer, meditar o tomar un baño caliente, puede ayudarte a preparar tu cuerpo y mente para el descanso.
Estas simples prácticas, combinadas con consistencia, pueden marcar una gran diferencia en la calidad de tu sueño. Experimenta con ellas y descubre qué funciona mejor para ti. ¡Buenas noches!
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