Stone decidió hacer contrato con un prostíbulo en el estado de Nevada, sitio donde es legal esta actividad, para cumplir con dos propósitos personales, el primero cumplir su sueño de ser abogada y el segundo comprar una casa para ella y su familia , ya que un año atrás fueron victimas de un incendio y perdieron la vivienda que tenían.
El convenio con el burdel le exige a la joven pagar el 50% del servicio además de firmar un permiso legal que incluye prácticas que no tengan relaciones íntimas.
El dinero que solicita la estadounidense no es el único requerimiento para ella ‘entregarse’, sino que además, busca que su pareja sea alguien con quien tenga “química” para que la relación sea especial para los dos.
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