El universo está lleno de misterios y fenómeno asombrosos, desde la lluvia de meteoritos hasta los eclipses, que a pesar de ser vistos con cierta regularidad, siguen cautivando a la humanidad desde sus inicios. Sin embargo, estos no son los únicos fenómenos que tienen lugar en nuestra tierra, a esto se le suman las tormentas solares.
Estas tormentas, conocidas también como tormentas solares geomagnéticas, implican una alteración en el campo magnético terrestre causada por un repentino aumento en la actividad solar. Este fenómeno puede tener impactos significativos en diversas áreas, como las comunicaciones radiales, las redes energéticas, las señales de navegación y las actividades espaciales.
Estas eyecciones de masa coronal, fueron detectadas por científicos desde el pasado 8 de mayo, y según los expertos representan un pico máximo de actividad solar registrado en los últimos 11 años. Se estima que al menos cinco de estas eyecciones se dirigen hacia nuestro planeta, lo que podría generar una serie de explosiones solares durante el próximo fin de semana, con niveles de actividad esperados entre moderados y fuertes.
Un fenómeno que no ocurre hace más de diez años
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Cabe resaltar que desde 2005 no se experimentaba un evento de esta naturaleza, lo que ha despertado un interés particular tanto en la comunidad científica como en el público en general. El Centro de Predicción Meteorológica Espacial (SWPC) hizo una alerta poco común, advirtiendo sobre la posibilidad de una tormenta geomagnética en la Tierra, desencadenada por eyecciones de masa coronal (CME).
El famoso 'Evento Carrington', ocurrido el 1 de septiembre de 1859, es un ejemplo destacado de la magnitud que puede alcanzar una tormenta solar. Esta gigantesca tormenta solar, presenciada por el astrónomo británico Richard Carrington, se registra como la más intensa jamás observada, y su impacto en la sociedad de la época fue notable.
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La alerta emitida por el SWPC invita a la población mundial a estar preparados para posibles contingencias derivadas de este fenómeno cósmico. Si bien las tormentas solares pueden ofrecer un espectáculo visual impresionante en forma de auroras, también conllevan riesgos potenciales, como alteraciones en sistemas de navegación y corrientes inducidas geomagnéticamente en la red eléctrica y las tuberías.
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