
Cuando nuestro perro deja de responder a su nombre o no reacciona a ruidos habituales, no se trata de desobediencia: podría estar perdiendo audición.
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La sordera en perros es más común de lo que se piensa y puede ser congénita, adquirida o relacionada con la edad. A continuación te contamos las 4 señales clave para detectarla y las mejores formas de afrontarla, basadas en estudios veterinarios y guías clínicas.
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1. Ignora sonidos familiares y órdenes verbales
Un claro indicio de pérdida auditiva es la falta de respuesta ante estímulos cotidianos: su nombre, el timbre de la puerta o sonidos fuertes como un plato al caer.
Según el Manual MSD para propietarios de mascotas, si ya no reacciona a ruidos que antes detectaba (como ladridos de otros perros o timbres), es una señal de alerta.
2. Aumenta la distracción visual y se sobresalta sin advertencia
Los perros con pérdida auditiva a menudo giran la cabeza tarde al escuchar algo o se sobresaltan cuando alguien se les acerca sin anunciarse.
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Tienden a depender más de lo visual—buscan gestos, movimientos o incluso señales lumínicas para entender lo que ocurre, según expertos en medicina veterinaria.

3. Cambios en el comportamiento y vocalización
Algunos perros sordos ladran más o cambian su tono al llamar la atención; incluso pueden mostrar irritabilidad o ansiedad por incomprensión auditiva.
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Los perros con sordera unilateral (en un solo oído) pueden tardar en ubicar la fuente de un sonido y moverse con la cabeza para intentar orientarse, de acuerdo con publicaciones del Diario Veterinario.
4. Indicios físicos en las orejas
Las infecciones de oídos (otitis) son una causa típica de pérdida auditiva —pueden inflamar el conducto y reducir la audición temporalmente o dejar secuelas permanentes.
Si notas sacudidas constantes de la cabeza, rascarse, secreciones o mal olor en las orejas, es imprescindible acudir al veterinario.
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¿Por qué sucede la sordera en perros?
La sordera canina puede manifestarse de varias formas:
- Congénita o genética: ligada a razas con pelaje mayormente blanco como dálmatas, bull terriers o cocker spaniel; se produce por falta de pigmentación en el oído interno, según el Manual MSD.
- Adquirida (y a veces reversible): causada por infecciones crónicas, cuerpos extraños, tumores o traumatismos. La audición puede mejorar si se trata la causa.
- Relacionada con la edad: siendo la causa más habitual en perros mayores, por degeneración natural del oído interno, como indica la revista IM Veterinaria.
- Exposición a ruidos intensos o tóxicos: sonidos fuertes (como disparos o maquinaria) y medicamentos ototóxicos (gentamicina, aspirina en dosis altas) pueden dañar permanentemente la audición.
¿Cómo confirmar la sordera en un perro?
La prueba de referencia es la BAER (Respuesta Auditiva Evocada del Tronco Encefálico), que mide la actividad cerebral ante estímulos sonoros. Es especialmente útil en cachorros de razas propensas a sordera.
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Un examen físico con otoscopio, radiografías o técnicas como TAC/RM también ayudan a determinar la causa subyacente.
¿Cómo actuar si tu perro no escucha?
- Tratamiento médico o quirúrgico
Si la sordera es a causa de una infección, cuerpo extraño o acumulación de cera, suele resolverse con limpieza, antibióticos o incluso cirugía, según el Manual MSD. Adaptar la comunicación
- Enseña señales visuales (gestos, luces) y táctiles para órdenes.
- Usa collares vibratorios para llamar su atención sin sonido, como recomienda el Hospital Veterinario Benipeixcar.
Crear un entorno seguro
- Evita que deambule sin correa, especialmente cerca de autos.
- Anuncia tu presencia al acercarte para no asustarlo.
- Apoyo emocional y paciencia
Los perros se adaptan bien a la sordera, y suelen mantenerse felices si se les ofrecen afecto y rutinas estables. Ten paciencia durante el proceso de adaptación. Prevención
- Revisa y limpia sus orejas con regularidad.
- Protege su oído de ruidos fuertes y evita medicamentos potencialmente ototóxicos.
- Realiza chequeos veterinarios periódicos para detectar cualquier problema temprano.
La sordera canina puede pasar desapercibida, pero identificarla a tiempo mejora la calidad de vida de tu perro. Si observas que deja de responder a sonidos, se vuelve más visual o presenta cambios en las orejas, consulta al veterinario.
Un diagnóstico adecuado y una comunicación adaptada pueden ayudar a que tu compañero peludo siga disfrutando plenamente de su entorno y de tu compañía.
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