Tres razones por las que bostezas cuando alguien más bosteza; la última no quieres saberla
Preguntas que no te dejan dormir… y que hasta te dan ganas de bostezar leyendo esto. Te contamos por qué se contagia el bostezo y la razón más misteriosa detrás de este fenómeno.
Existen preguntas que parecen simples pero terminan quitándonos el sueño porque no hay una respuesta única y definitiva. Entre ellas, dos de las más comunes: ¿por qué el bostezo se contagia?, y la eterna duda: ¿cómo saber si de verdad alguien me ama?
Seguro te ha pasado: alguien bosteza al frente tuyo y, de la nada, te sorprendes haciéndolo también. Incluso con solo leer la palabra bostezo, ya empiezas a sentir que viene uno. Este fenómeno, que parece tan básico, ha sido estudiado durante años por neurocientíficos y psicólogos.
Hay varias teorías, pero las más aceptadas hablan de tres razones principales:
Empatía automática: cuando vemos a alguien bostezar, nuestro cerebro imita de manera inconsciente esa acción como una forma de conexión social. Es un reflejo ligado a la capacidad de ponernos en el lugar del otro.
Imitación neuronal: los científicos hablan de las llamadas neuronas espejo, encargadas de reproducir comportamientos que observamos en los demás. Son las mismas que explican por qué reímos cuando otros ríen o por qué sentimos escalofríos al ver a alguien lastimarse.
Sincronía social: el bostezo colectivo podría haber sido una herramienta de supervivencia en el pasado. En grupos, bostezar servía para sincronizar los ciclos de sueño y vigilia, manteniendo a la comunidad organizada y más segura frente a peligros.
En resumen: bostezamos con los demás porque nuestro cerebro está diseñado para copiar y conectar. Es más empatía que cansancio.
Tres teorías curiosas que te harán querer bostezar solo de leerlo
1. Teoría del reflejo inconsciente
Algunos investigadores sugieren que el bostezo funciona como un reflejo automático del cerebro. Así como cuando alguien sonríe y de inmediato otro imita la acción sin pensarlo, el bostezo podría ser un acto instintivo de imitación que el cuerpo no logra controlar. Por eso, ni siquiera hace falta ver a alguien frente a frente; basta con escucharlo o imaginarlo para que tu cerebro active la misma reacción.
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2. Teoría del aprendizaje social
Otra hipótesis es que desde pequeños aprendemos a copiar bostezos porque en la infancia es una de las formas más fáciles de imitar expresiones faciales. Ese hábito se queda grabado y se activa incluso en la adultez. Por eso, cuando alguien bosteza cerca, el cerebro interpreta la acción como algo familiar y responde con la misma conducta.
3. Teoría de la sugestión psicológica
Existe también la idea de que el bostezo se contagia porque la mente es muy susceptible a la sugestión. Es decir, cuando escuchas o lees la palabra “bostezo”, tu cerebro evoca la acción, y con solo pensarlo, despierta las ganas de hacerlo. Esto explica por qué, mientras lees este texto, es muy probable que ya sientas que necesitas abrir la boca y tomar una bocanada de aire profundo.