Diego Alejandro Torres Rodríguez, un taxista de 22 años, fue detenido en Facatativá tras ser acusado de abusar de una menor. Según las investigaciones, Torres llevó a la víctima a una zona desolada en las afueras del municipio, donde la agredió y grabó el acto con su celular.Los hechos fueron denunciados por las autoridades del colegio donde estudiaba la menor. El capitán Fabio Báez, comandante de la estación de Facatativá, destacó la importancia de la denuncia inicial: “Recibimos información por parte de las directivas del colegio y, de inmediato, comenzamos las actividades de recolección de pruebas, especialmente los videos, para identificar al agresor”.Así fue como Diego Alejandro Torres Rodríguez habría asechado a la víctimaEl abuso ocurrió cuando la niña se dirigía a su colegio el 15 de octubre. Torres, portando un arma de fuego, obligó a la menor a entrar en su taxi y la trasladó a una carretera destapada, donde consumó el abuso. Las grabaciones de cámaras de seguridad fueron determinantes para la identificación y captura de Torres.Las autoridades, tras evaluar las evidencias, imputaron a Torres por los delitos de acceso carnal violento y secuestro simple. A pesar de no aceptar los cargos, un juez decidió enviarlo a prisión mientras avanza el proceso judicial.El alcalde de Facatativá, Luis Carlos Casas, también se pronunció sobre el caso, mencionando que en el celular del capturado se encontraron videos que podrían involucrar a otras víctimas.Además, se informó que Torres ya había sido vinculado a un incidente previo en el que una mujer denunció intentos de abuso por parte del taxista. La Policía de Infancia y Adolescencia, en coordinación con el CTI, sigue trabajando en el caso para asegurar que se recopilen todas las evidencias y se brinde justicia a la menor.Puedes ver | Cronología del caso Sofía Delgado
Francisco José Pardo Olivero, un suboficial oriundo de Santa Marta, fue identificado como la persona hallada sin vida en el interior del casino del Batallón de Apoyos y Servicios para las Comunicaciones, ubicado en el municipio de Facatativá, Cundinamarca. El hecho, que ocurrió la mañana de este 19 de junio, está siendo objeto de una minuciosa investigación por parte de las autoridades competentes.Según las primeras versiones, el suboficial Pardo Olivero, después de concluir sus labores diarias, se dirigió a su habitación. Minutos después, sus compañeros escucharon una detonación proveniente del área donde se encontraba el casino. La naturaleza exacta de la detonación y las circunstancias que llevaron a este triste desenlace están aún bajo investigación.Un video que circula en las redes sociales muestra al suboficial Pardo Olivero escuchando un vallenato y despidiéndose de manera aparentemente emotiva. En el video, se le oye mencionar a una persona específica, diciendo: "Gracias a mi mayor por arruinar mi vida. Algún día te veré en el infierno". Este mensaje ha generado especulaciones sobre posibles tensiones o conflictos previos, que podrían haber influido en los hechos.Además, se ha reportado que el suboficial presuntamente dejó varios audios de despedida, los cuales están siendo analizados por los investigadores para entender mejor el contexto y las motivaciones detrás de sus acciones.¿Qué dice el Ejército Nacional?Por su parte, el Ejército Nacional, una vez conocida la situación, tomó contacto inmediato con la Seccional de Investigación Judicial de Facatativá. Esta acción se realizó con el objetivo de llevar a cabo una indagación disciplinaria que permita esclarecer las circunstancias exactas del hecho. Pardo Olivero era un suboficial con una trayectoria en el Ejército Nacional, y su muerte ha causado un profundo impacto entre sus compañeros y superiores. La noticia ha generado consternación tanto dentro del batallón como en su ciudad natal, Santa Marta.La investigación busca no solo entender las circunstancias de su muerte, sino también abordar cualquier aspecto disciplinario que pudiera haber influido en su estado emocional y psicológico. Puedes ver | Ke chimba conocerte: Yeison Jiménez
Los vecinos del conjunto residencial Las Heliconias, de Facatativá, Cundinamarca, han tenido que vivir horas amargas a manos de un individuo que debería haber representado seguridad: John Leo Rocha Bernal, un militar retirado de 47 años.Este hombre, lejos de ser un vecino amigable, acumuló más de 50 denuncias por agresiones verbales y físicas, amenazas constantes, e incluso actos de violencia extrema.La historia de John Leo Rocha salió a la luz en noviembre, cuando los residentes del conjunto decidieron tomar medidas drásticas al destruir sus vehículos como respuesta a las continuas agresiones y amenazas. Su comportamiento violento continuó incluso cuando las autoridades lo escoltaron fuera del lugar. La comunidad, cansada de su conducta, finalmente decidió enfrentar las acciones del exmilitar, que iban desde agresiones físicas y verbales hasta amenazas de abuso sexual.A la cárcelDurante la audiencia, según reveló Noticias Caracol, en la que se dictó la medida de aseguramiento, John Leo Rocha demostró su desprecio por la ley y la autoridad. Además de espetar groserías, intentó golpear a los agentes del CTI con un extintor, interrumpió constantemente a la jueza y a la parte acusadora, y mostró un comportamiento agresivo en todo momento.La fiscal del caso detalló más de 50 denuncias de víctimas, revelando un historial escalofriante de violencia. Desde agresiones a médicos y una profesora hasta ataques físicos en el conjunto residencial Las Heliconias, Rocha dejó una estela de sufrimiento. Las amenazas y la resistencia durante la audiencia solo reforzaron la necesidad de tomar medidas drásticas para proteger a la sociedad.Consecuencias legalesA pesar de sus intentos de eludir la justicia y su falta de cooperación durante la audiencia, la jueza decidió enviar a John Leo Rocha a la cárcel. La decisión se basó en el peligro que representaba para la sociedad, y Rocha, resignado, fue escoltado en silencio a su lugar de reclusión.La historia de John Leo Rocha es un recordatorio impactante de cómo un vecino aparentemente común puede convertirse en una amenaza para la comunidad. La rapidez con la que las acciones de Rocha escalonaron de conflictos vecinales a crímenes graves es un llamado de atención sobre la importancia de abordar las señales de violencia desde el principio.
Un lamentable accidente en Armenia, Quindío, dejó a una familia sumida en el dolor tras la muerte de un bebé de apenas 9 meses, quien falleció luego de ingerir un adorno navideño. A pesar de los esfuerzos médicos durante tres días, el pequeño no logró superar las complicaciones ocasionadas por el objeto.El hecho ocurrió el pasado domingo 17 de noviembre en una vivienda ubicada en el occidente de la ciudad. Según informaron las autoridades, el menor estaba bajo el cuidado de sus abuelos cuando, en un momento de descuido, tomó una bola navideña, la introdujo en su boca y terminó tragándola.Desesperados, los familiares trasladaron al niño al área de urgencias de la clínica La Sagrada Familia, donde los médicos le brindaron atención inmediata; sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, su organismo no resistió, y su fallecimiento fue confirmado el miércoles 20 de noviembre alrededor de las 6 p.m.El caso, inicialmente atendido por agentes del CAI La Unión de la Policía Nacional, fue asumido posteriormente por la Seccional de Investigación Criminal (Sijín). Los uniformados realizaron la inspección técnica del cadáver en el depósito de la clínica antes de trasladarlo a la morgue de Calarcá para las diligencias correspondientes.Inician investigaciones para entregar el cuerpo del bebéLa necropsia del menor fue realizada este jueves 21 de noviembre en horas de la mañana por personal del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Una vez completados los procedimientos, el cuerpo fue entregado a sus familiares para darle el último adiós.Este lamentable suceso ha encendido las alarmas sobre los riesgos que presentan los adornos navideños, especialmente para los más pequeños. En esta época del año, marcada por celebraciones y decoraciones coloridas, es importante que los padres y cuidadores redoblen las medidas de seguridad en sus hogares para evitar accidentes similares.Puedes ver | Marcela Reyes y Juan Sebastián Navarro jugaron ¡Basta!
Un lamentable accidente ocurrido la mañana de este jueves, 21 de noviembre, en la Autopista Norte de Bogotá, dejó un saldo fatal que enluta a una familia. Un árbol, debilitado por la fuerte ola invernal, cayó sobre varios motociclistas que transitaban por la zona, cobrando la vida de una joven que se desplazaba como pasajera en una motocicleta de la aplicación ‘Picap’.El siniestro ocurrió a las 8:45 a. m. a la altura de la calle 243, en sentido sur-norte. La emergencia generó el cierre total de la autopista mientras los organismos de socorro atendían la situación. Entre los afectados, además de la joven fallecida, se reportaron al menos 12 lesionados, quienes sufrieron caídas por el impacto de ramas o al intentar evitar el accidente.El conductor de la moto se encuentra recuperándose de las lesiones en un centro médico."Hoy fue mi hija, que no le pase a nadie más", dijo a Blu Radio, el padre de la joven. Armando Quintero, padre de la joven fallecida, se pronunció con dolor y frustración tras el accidente. En una entrevista con Blu Radio, hizo un llamado urgente a las autoridades para que se tomen medidas preventivas respecto al mantenimiento de los árboles en la ciudad."Uno nunca sabe cuándo es el último adiós, cuándo es el último saludo y la última cena. (...) Ojalá, Dios quiera, que lo que le sucedió a mi hija no le suceda a nadie más. Por favor, que la Alcaldía Mayor de Bogotá haga el mantenimiento de los árboles. Hoy fue mi hija. Que no le suceda a nadie más", expresó Quintero conmovido.Emergencia y caos en la zonaEquipos de Bomberos de la estación Bicentenario acudieron al lugar para brindar atención prehospitalaria a los afectados y trabajar en la remoción del árbol caído. Las autoridades de tránsito recomendaron tomar vías alternas, como la carrera Séptima, debido al cierre del corredor vial.Puedes ver | Marcela Reyes y Juan Sebastián Navarro jugaron ¡Basta!
La tierra volvió a moverse en Colombia la noche de este jueves 21 de noviembre. A las 7:03 p.m., un temblor de magnitud 4,0 fue registrado por el Servicio Geológico Colombiano, con epicentro en el municipio de Tona, en el departamento de Santander. Este movimiento telúrico, aunque de intensidad moderada, fue percibido en varios municipios cercanos, generando una lluvia de comentarios entre los habitantes de la región.Epicentro y alcance del movimiento telúricoEl sismo tuvo su origen en Tona, y se sintió en municipios cercanos: a 12 kilómetros de Santa Bárbara y 18 kilómetros de Floridablanca, otros municipios santandereanos que también sintieron el remezón. La profundidad del temblor, estimada en 182 kilómetros, ayudó a que su impacto se distribuyera ampliamente, pero sin causar mayores daños en la superficie.A pesar de su relativa lejanía, el movimiento no pasó desapercibido para los residentes de Bucaramanga y municipios aledaños, quienes rápidamente recurrieron a las redes sociales para compartir su experiencia. Algunos reportaron haber sentido vibraciones fuertes en edificios altos, mientras que otros mencionaron que el sismo los tomó por sorpresa mientras realizaban actividades cotidianas.Reacciones y balance tras el sismoEl evento no generó mayores afectaciones. Las autoridades locales y organismos de emergencia confirmaron que no hubo pérdidas humanas ni daños significativos en la infraestructura de las zonas afectadas. De igual forma, no se emitieron alertas especiales, aunque se mantiene el monitoreo preventivo de la actividad sísmica en la región.Vale la pena mencionar que el departamento de Santander, ubicado sobre el Nido Sísmico de Bucaramanga, es una de las zonas con mayor actividad tectónica en el país. Este fenómeno natural, aunque inquietante, forma parte del día a día de sus habitantes, quienes están acostumbrados a recibir movimientos telúricos de diferentes magnitudes con relativa frecuencia.
El nombre de Jhon Viáfara es recordado por muchos en Colombia y el mundo del fútbol por sus destacadas participaciones, especialmente cuando fue parte del histórico título de la Copa Libertadores con el Once Caldas en 2004. Sin embargo, su legado deportivo se ha visto opacado por un oscuro capítulo de su vida que lo llevó a ser condenado a 11 años de prisión en Estados Unidos. La pregunta es clara: ¿por qué un exfutbolista exitoso terminó involucrado en actividades ilícitas? La respuesta está en una red de narcotráfico que lo arrastró, y un viejo amigo que lo introdujo en este mundo.'El Papá': El hombre que introdujo a Viáfara al narcotráficoEl vínculo de Viáfara con el narcotráfico no es algo fortuito ni reciente. Según las investigaciones de las autoridades colombianas y estadounidenses, esta relación comenzó por medio de Jaider Díaz Carabalí, conocido como 'El Papá', un hombre que fue amigo de la niñez del futbolista. Ambos crecieron en Robles, un pequeño corregimiento de Jamundí, Valle del Cauca, en donde compartieron su juventud. Sin embargo, mientras Viáfara seguía su camino hacia la fama en el fútbol, Díaz cayó en las redes del narcotráfico y comenzó a operar con carteles mexicanos y centroamericanos, usando su negocio de maquinaria pesada como fachada.La ambición de Viáfara que lo llevó al narcotráficoDíaz, quien se había convertido en un capo del narcotráfico, buscó a su antiguo amigo para que lo ayudara a coordinar envíos de cocaína hacia Estados Unidos. Viáfara, por su parte, no estaba atravesando un buen momento financiero tras su retiro del fútbol y aceptó la oferta de 'El papá', quien le prometió una vida de lujo.Fue entonces cuando el exfutbolista se convirtió en un operador de la red de narcotráfico, coordinando reuniones con narcotraficantes y facilitando el transporte de la droga.La caída y la extradiciónEntre 2016 y 2019, la organización de 'El Papá' fue desmantelada en varios operativos, con incautaciones de cientos de kilos de cocaína. Durante las investigaciones, Viáfara fue identificado como 'El Futbolista', un alias que le fue asignado debido a su reconocimiento público. A pesar de su intento de defenderse alegando que había sido víctima de un montaje, las pruebas en su contra fueron contundentes, y en 2020 fue extraditado a Estados Unidos.Allí, fue condenado por conspiración para importar y distribuir cocaína, recibiendo una sentencia de 11 años de prisión. Mientras su vida se desmoronaba, su antiguo amigo, 'El Papá', eludió la justicia por un tiempo, refugiándose en las montañas del Cauca. No obstante, fue capturado y ahora enfrenta una extradición a Estados Unidos, donde podría encontrarse con Viáfara en algún penal.Puedes ver | Netflix anunció que realizará una docuserie sobre James Rodríguez
Jhon Eduis Viáfara Mina, quien alguna vez brilló en los estadios del mundo y fue clave en la histórica victoria del Once Caldas en la Copa Libertadores de 2004, hoy enfrenta una realidad muy distinta. Desde una prisión en Atlanta, Estados Unidos, cumple una condena de 135 meses tras declararse culpable en noviembre de 2020 de conspiración para importar más de cinco kilogramos de cocaína a territorio estadounidense.Viáfara, conocido por su talento en equipos como América de Cali, Portsmouth de Inglaterra y Real Sociedad en España, dejó una huella imborrable en el fútbol colombiano. Su gol en la final de la Libertadores contra Boca Juniors fue el primero en abrir el camino hacia un título histórico. Sin embargo, la gloria futbolística quedó empañada al ser extraditado en 2019 por cargos relacionados con narcotráfico y concierto para delinquir.Las investigaciones revelaron que, entre 2017 y 2018, Viáfara formó parte de una organización criminal vinculada al envío de cocaína hacia Estados Unidos. Según las autoridades, esta red, que mantenía nexos con el cartel de Sinaloa, utilizaba embarcaciones rápidas y aeronaves para transportar la droga. Durante las operaciones, se incautaron 2.5 toneladas de cocaína, valoradas en cerca de 28 millones de dólares, y se capturaron 20 personas.Un fenómeno recurrenteEl caso de Viáfara no es aislado. La reciente aprobación de la extradición del exfutbolista Rolan de la Cruz por la Corte Suprema de Justicia de Colombia refuerza una triste realidad: algunos ídolos del deporte han terminado involucrados en actividades ilícitas. De la Cruz, quien militó en equipos como Independiente Santa Fe y Deportivo Cali, enfrenta cargos similares en Estados Unidos por ser parte de una red de narcotráfico desde 2016.El traslado de De la Cruz a territorio estadounidense solo espera la firma del presidente Gustavo Petro. Este caso revive las historias de jugadores como Viáfara, quienes pasaron de ser íconos deportivos a protagonistas de crónicas judiciales.Reflexiones desde la cárcelDesde su celda, Viáfara ha compartido reflexiones sobre su caída en entrevistas con medios como La Patria. Reconoce los errores que lo llevaron a perder su libertad y el impacto de sus decisiones en su vida y la de sus seres queridos. A pesar de su situación, su nombre permanece ligado al recuerdo de aquel glorioso Once Caldas que desafió las probabilidades y conquistó América.La historia de Jhon Viáfara es un recordatorio de cómo las malas decisiones pueden transformar radicalmente una vida de éxito, dejando preguntas sobre el entorno y las circunstancias que empujan a figuras públicas hacia caminos oscuros.Mira también: Nelson Velásquez condenado a pagar cárcel