Uno de los momentos más difíciles para Nelson Polanía, conocido como Polilla, fue cuando tuvo que tomar la desgarradora decisión de firmar para que su esposa, la reconocida humorista Fabiola Posada, más conocida como la Gorda Fabiola, fuera desconectada de los aparatos que la mantenían con vida. Este episodio marcó un antes y un después en la vida de la familia, amigos y seguidores de la querida comediante.
La madrugada del 19 de septiembre, el país se conmocionó al conocer la noticia del fallecimiento de Fabiola Posada, quien había sido un pilar del programa 'Sábados Felices' de Caracol Televisión. La humorista luchó durante años con complicaciones de salud que, finalmente, la llevaron a ser hospitalizada en estado crítico.
La Gorda Fabiola y su vida de lucha contra la obesidad y la diabetes
Fabiola había enfrentado múltiples problemas de salud en los últimos años, incluyendo dos infartos que estuvieron a punto de apagar su vida. En una entrevista con el periodista Esteban Cruz, un año antes de su fallecimiento, la comediante compartió detalles de una experiencia cercana a la muerte tras una cirugía cardíaca que le dejó secuelas físicas y emocionales.
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Relató cómo, tras sufrir un infarto, fue llevada de urgencia a una clínica donde fue sometida a una compleja cirugía de corazón. En esa intervención, le colocaron varios puentes coronarios para salvar su vida. A pesar del dolor extremo, Fabiola enfrentó la recuperación con humor, describiendo las cicatrices y procedimientos con su característica ironía. "Te abren con una sierra el esternón, sacan el corazón y lo conectan a una máquina", decía entre risas, explicando cómo su esternón estaba ahora "amarrado con alambre".
La Gorda Fabiola tuvo varios encuentros con 'el más allá'
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Durante su recuperación, Fabiola tuvo lo que describió como un "ballet de luces" en su habitación. Afirmaba haber visto figuras luminosas y sentir la presencia de su madre fallecida, lo que le dio paz en medio de tanto dolor. Aunque los médicos trataron de explicarle que eran efectos de la medicación, ella estaba convencida de que había tenido un encuentro con el más allá.
Su recuperación fue larga y dolorosa. A pesar de sobrevivir a esa cirugía, su salud nunca volvió a ser la misma. Perdió el 60% de su capacidad cardíaca y sufrió una serie de complicaciones que la llevaron a estar en constante tratamiento médico.
La decisión de desconectar a la Gorda Fabiola tras 25 días en coma
Poco tiempo después, mientras grababa la película 'Se armó la gorda', Fabiola volvió a ser ingresada de urgencia, y su estado se deterioró rápidamente. Tras 25 días en coma, los médicos se acercaron a Polilla para plantearle la difícil decisión de desconectarla de los aparatos que la mantenían viva. Con el corazón destrozado, pero buscando darle una muerte digna y sin más sufrimiento, Polilla firmó los documentos para autorizar la desconexión.
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El día que se realizaría la desconexión, Polilla, junto con el equipo de 'Sábados Felices', familiares y amigos, se reunieron para orar por su partida en paz. Sin embargo, en un giro inesperado, Fabiola comenzó a mostrar señales de mejoría. Su corazón, que había estado casi inactivo, empezó a latir nuevamente por sí solo. Los médicos, sorprendidos, vieron cómo lo que parecía el final se convirtió en un milagro de vida.
Contra todo pronóstico, Fabiola Posada comenzó a respirar por sí sola y recuperó el conocimiento. Aunque debilitada, abrió los ojos y, con la vista aún borrosa, afirmó haber visto figuras celestiales que la acompañaban. Su recuperación fue un testimonio de su increíble fortaleza y del amor que la rodeaba.
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Este episodio, lleno de dolor, esperanza y milagro, marcó una tremenda huella en la vida de Polilla y la Gorda Fabiola, quienes siempre enfrentaron la vida con humor, incluso en los momentos más oscuros.
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