La noche del pasado sábado, 13 de septiembre de 2025, la emblemática Plaza de San Pedro en el Vaticano se transformó en un escenario sin igual, congregando a miles de personas de diversas culturas y nacionalidades.
Este "macroconcierto" histórico, titulado "Grace for the world", marcó la clausura de la tercera edición del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana, una iniciativa dedicada a fomentar la paz y la comprensión entre los pueblos.
Puedes leer: ¿Karol G ya se casó con Feid? Un gesto romántico confirmaría rumores de boda
En un evento considerado por muchos como un hito para la cultura latinoamericana, la "Bichota" Karol G y el aclamado tenor Andrea Bocelli fueron las figuras centrales, uniendo sus voces en una velada memorable.
Karol G, representando con orgullo a Latinoamérica, hizo su aparición luciendo un elegante vestido negro adornado con pedrería y un peinado sobrio, ofreciendo una faceta distinta a su habitual estilo vibrante.
Su presentación inicial con "Mientras me curo del cora", de su álbum "Mañana será bonito", conmovió al público, especialmente a sus seguidores latinos.
La artista colombiana demostró su versatilidad al adaptar su interpretación a la solemnidad del lugar, compartiendo escenario con músicos de carrera lírica y coral.
Este momento fue considerado un reconocimiento a su trayectoria y un gesto de apertura de la Santa Sede hacia expresiones culturales populares. En redes sociales, los mensajes de orgullo y admiración por parte de sus seguidores no se hicieron esperar.
El clímax de la noche llegó cuando Andrea Bocelli, figura central y codirector artístico del evento, se unió a Karol G. Juntos, entonaron el clásico "Vivo por ella", desatando una ovación ensordecedora y gestos de afecto entre los asistentes, muchos de ellos provenientes de América Latina.
Este dúo, que para muchos se convirtió en el ícono visual de la velada, adquirió un nuevo matiz al fusionar la frescura de la artista antioqueña con la maestría del tenor.
Al finalizar, Karol G expresó su emoción y gratitud con una inclinación respetuosa hacia Bocelli. El tenor italiano, quien también fue responsable de elegir el repertorio y liderar los ensayos con artistas de cuatro continentes, había inaugurado el concierto con el "Ave María", un himno apropiado para el lugar sagrado.
Su mensaje al mundo fue claro: "Dejemos que la luz de la humanidad brille con música desde el corazón mismo del cristianismo y desde la plaza espiritual más importante, enviando al mundo entero un mensaje de hermandad y paz".
El escenario vaticano también acogió a otras estrellas internacionales. Pharrell Williams, acompañado por el coro Voices of Fire Gospel Choir, invitó a la multitud a encender las linternas de sus teléfonos, creando un "mar de luces" sobre la plaza.
Su interpretación de "Happy" y su llamado a la unidad resonaron, afirmando que "la felicidad es la verdad" y que esta era "una oportunidad para unirnos". Williams describió el evento como "un momento cultural poco común en el que el mundo se detiene y se conecta colectivamente".
John Legend, presentado como una "leyenda", emocionó con sus versiones de "Glory" y "Bridge Over Troubled Water" al piano.
Puedes leer: "
type="text/html" data-cms-ai="0">Iván Villazón revela la verdad sobre Karol G cantando vallenato: "¿Perder autenticidad?"
Por su parte, la beninesa Angélique Kidjo añadió matices rítmicos con su interpretación de "La vida es un carnaval" de Celia Cruz, mientras que Jelly Roll se unió a Bocelli para cantar "Amazing Grace".
Más allá de la música, un impresionante espectáculo de drones y luces iluminó el cielo romano. Más de 3.500 drones dibujaron imágenes emblemáticas de la cristiandad, incluyendo fragmentos de la Capilla Sixtina y el rostro sonriente del difunto Papa Francisco, alineándose con el mensaje central de la fraternidad humana, inspirado en la encíclica "Fratelli Tutti" de 2020.
La producción, que contó con un coro internacional de 250 integrantes, proyectó el mensaje vaticano hacia una agenda global de paz y convivencia, en preparación para el Jubileo de 2025.
Aunque el papa León XIV no asistió al concierto, su mensaje previo instó a rechazar la guerra y promover la fraternidad universal, agradeciendo a los artistas por difundir este mensaje desde la magnífica columnata de Bernini.
De hecho, el pontífice, que cumpliría 70 años al día siguiente, recibió un breve homenaje durante el evento. En su lugar, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, inauguró la velada, reafirmando el "no a la guerra" y el "sí a la paz y la fraternidad".
Gambetti explicó que el encuentro buscaba proponer la fraternidad como la "piedra angular de un posible nuevo orden político, económico y social".
Voces destacadas de la paz también se unieron al llamado. Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz 2014, advirtió que "el silencio ante las injusticias jamás conducirá a la paz y la paz demanda acción".
Por su parte, Graça Machel, viuda de Nelson Mandela, recordó los conflictos actuales en diversas regiones del mundo y enfatizó que "la justicia debe ser el último guardián de la reconciliación". La periodista filipina y Nobel de Paz Maria Ressa señaló la paradoja de un mundo interconectado pero aislado, abogando por la conexión sobre la división.
El concierto "Grace for the world" trascendió el formato de un recital tradicional para consolidarse como una manifestación cultural y espiritual en uno de los espacios más representativos del mundo.
La convergencia de géneros musicales, desde himnos religiosos hasta rap y ritmos latinos, interpretados por artistas de cuatro continentes, consolidó la fraternidad como una respuesta vital a un mundo fragmentado.