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Jueves Santo, ¿por qué se deben visitar 7 monumentos?

El Jueves Santo, un día de profunda reflexión en la Semana Santa, se llena de fervor con la tradición de visitar los siete monumentos o iglesias, ¿pero cuál es su origen?

Jueves Santo, ¿por qué visitar 7 monumentos?
Jueves Santo, ¿por qué visitar 7 monumentos?
DIANA SANCHEZ/AFP

El Jueves Santo, un día solemne dentro de la Semana Santa, conmemora la última cena de Jesús con sus apóstoles, la institución de la Eucaristía y el sacerdocio. Pero más allá de estas acciones, este día se carga de un significado especial para los católicos, quienes se embarcan en una tradición llena de fe y simbolismo: la visita a los siete monumentos o iglesias.

¿Por qué siete monumentos?

El número siete tiene un gran significado religioso. Representa la perfección y la totalidad. En este caso, las siete iglesias simbolizan las siete etapas que recorrió Jesús desde su arresto hasta su crucifixión.

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Cada iglesia o monumento representa uno de estos momentos:

  1. Getsemaní: La oración de Jesús en el huerto antes de ser traicionado.
  2. Casa de Anás: El primer interrogatorio a Jesús.
  3. Casa de Caifás: El juicio religioso donde Jesús fue condenado.
  4. Palacio de Pilato: El juicio civil donde Pilato se lavó las manos.
  5. Palacio de Herodes: La burla y el escarnio de Herodes hacia Jesús.
  6. Pretorio de Pilato: La flagelación y la coronación de espinas.
  7. Santo Sepulcro: La crucifixión y muerte de Jesús.

Al visitar los siete monumentos, los fieles no solo recorren un camino físico, sino también un camino de reflexión y oración. Se medita sobre la Pasión de Cristo, su sufrimiento y sacrificio por la humanidad. Es un momento para la introspección, el arrepentimiento y la renovación espiritual.

Tradición viva en Bogotá

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En Bogotá, la tradición de visitar los siete monumentos sigue viva. Desde la tarde del Jueves Santo hasta la madrugada del Viernes Santo, miles de personas recorren las iglesias de la ciudad. Cada iglesia se engalana con un monumento, una representación artística del momento que se conmemora. Los fieles oran, cantan y meditan en cada uno de los lugares, creando una atmósfera de recogimiento y fervor religioso.

La experiencia de visitar los siete monumentos, según la creencia, no termina en la última iglesia. Es un llamado a la acción, a vivir con coherencia la fe y a poner en práctica los valores del Evangelio. Es un compromiso a seguir el camino de Jesús, un camino de amor, servicio y entrega a los demás.

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