Un increíble caso de fraude se presentó en Estados Unidos, exactamente en el Estado de Georgia, donde un hombre que iba caminando con su perro por un campo boscoso, creyó haberse tropezado con una piedra; sin embargo, cuando se percató bien de lo que sus pies habían pisado sin querer, se llevó una gran sorpresa.
Se trataba del cráneo de un ser humano, que si bien, aún no terminaba de descomponerse. Anonadado por lo que estaban viendo sus ojos, el hombre llamó a las autoridades competentes, y estas al arribar en el sitio empezaron a sospechar que algo no andaba bien la zona, pues si bien, esta no era la primera vez que recibían un reporte de este caso.
Es por eso que decidieron acudir al centro crematorio, encargado de realizar las incineraciones, y ahí quedaron completamente perplejos con lo que hallaron; pues resulta que dentro de la construcción del recinto habían alrededor de 300 cuerpos que habían dicho ser cremados y resulta que no.
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Apilados en esquinas como si se tratara de ropa sucia, algunos se encontraban en estado de descomposición, otros aún se encontraban en los ataúdes, y otros aún conservaban en los pies las etiquetas que los identificaban.
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Por tal motivo, el hijo del dueño de la empresa, quien era ahora el encargado de administrar el lugar, pues su padre se había retirado del negocio a mediados de los 90's, fue capturado y llevado a juicio, donde se le imputaron los cargos de abuso de un cadáver, fraude y robo por engaño.
13 años de prisión fue la sentencia, y de acuerdo a lo que se reveló en el estrado, el motivo por el cual los cuerpos no se incineraron, fue por una cuestión de costos. Por dicha razón, las familias que recibieron las supuestas cenizas de sus difuntos, en realidad recibieron polvo de concreto.