Ahmand Ayyad es un hombre de 40 años que vivió en carne propia los estragos del COVID-19 en su cuerpo. A pesar de llevar un estilo de vida saludable y lleno de ejercicio físico, la enfermedad logró cambiar por completo su aspecto musculoso.
El atleta hacía maratones, carreras de obstáculos, jugaba baloncesto y hacía boxeo. Actividades que se veían reflejadas en su prominente cuerpo.
Sin embargo, el virus llegó y poco a poco lo fue dejando sin aliento . Se cansaba mucho subiendo las escaleras y cuando se puso peor se le hizo más difícil llevar a cabo acciones como cocinar y hablar.
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Luego llegaron los demás síntomas: fiebre, tos, estornudos y problemas para respirar. Según le dijeron los médicos, fue infectado de coronavirus en compañía de la influenza.
Le dio tan duro que tuvieron que ponerle respirador artificial e inducirlo a coma. Así estuvo por 25 día s en el hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, hasta que los doctores lograron salvarle la vida.
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Al despertar, el hombre se asustó el ver el estado de su cuerpo: sus músculos habían desaparecido.
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“Me desperté y miré mis brazos, mis piernas. Mis músculos habían desaparecido (…) estaba un poco asustado, ¿dónde están mis piernas? ¿A dónde fueron mis piernas?” , dijo a CNN.
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Tras batallar contra el virus, Ahmand había perdido 27 kilos y no solo perdió musculatura. También le quedaron secuelas en su corazón y pulmones.
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Aun así, continuó con su vida y se puso en proceso paulatino para estar de nuevo en forma.
Ahora que estuvo al borde de la muerte, comparte su historia y deja una reflexión a las personas que no creen en el virus o que creen, por estar bien de salud, son inmunes a él.
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“La gente está actuando como si se hubiera ido, no es así. Usa tu tapabocas, no te reúnas en grandes grupos, cuídate a ti mismo y a las personas que te rodean”.
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“Tómatelo en serio, no es una broma, puede matarte, incluso si crees que eres saludable e inmune a él. No lo eres”, agregó.
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