Ser bueno en la cama va mucho más allá de tener un físico atractivo, por lo que, para hacerlas enloquecer de placer, no se necesita ser un atleta, deportista ni nada por el estilo.
Sin embargo, hay una serie de señales en las que, según los expertos, ellas se fijan a la hora de determinar quién podría resultar ser un buen amante.
1. Buen bailarín:
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Si bien es cierto que para muchos no existe una relación directa entre baile y sexo, este sí es fundamental a la hora de determinar cuánto control se tiene sobre el cuerpo y la química al llevar el ritmo.
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2. El peso corporal:
Estudios manifiestan que las personas que están en su peso normal tienen un 30% más de sexo que las que tienen sobrepeso. Sin embargo, de acuerdo con el premio Nobel de Medicina James Watson, la grasa refuerza la generación de endorfinas y de una hormona relacionada con el deseo sexual, algo que favorece a los ‘pasaditos de kilos’.
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3. Fuma y bebe:
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Por cuestiones culturales, los adictos a la nicotina son vistos como personas arriesgadas, algo que podría resultar atractivo para el sexo opuesto.
“Para encuentros sexuales a corto plazo, los que toman riesgos físicos triunfan más en la cama que los que arriesgan social o financieramente", dice la investigadora Eveline Vincke, de la Universidad de Gante en Bélgica.
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4. Besa bien:
En este caso aplica el refrán “dime como besas y te diré quién eres”, según afirma el sexólogo Ezequiel López, reconocido psicólogo y sexólogo argentino.
“A mí me parece que el beso es una herramienta erótica muy poderosa que utilizamos mucho menos de lo que deberíamos; con la boca podemos producir un mundo de sensaciones, y los que realmente conocen el tema lo aprovechan”, comentó en entrevista con BLU Radio.
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Según el sexólogo, en un buen beso confluyen varios elementos como la mirada, las caricias, abrazos y la intensidad.
“Es importante ser espontaneo no como de manual, pero para eso deben conocer los rudimentos y las técnicas básicas, y luego combinarlas creativamente”, concluyó López.
5. No es presumido
Si lo haces bien no tienes por qué alardear de ello. Esa es una regla de oro a la hora de conquistar pues para las mujeres puede resultar molesto un egocéntrico que hable demasiado sobre sí mismo
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