En respuesta a la creciente amenaza de incendios forestales desatados por el fenómeno El Niño, el departamento de Cundinamarca ha declarado calamidad pública. La decisión fue tomada durante un consejo extraordinario y bajo la activación de la Sala de Crisis Nacional, con la participación de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), la gobernación de Cundinamarca y entidades territoriales.
La urgencia de la medida se basa en la preocupante situación actual del departamento, que ha experimentado un alarmante aumento en la frecuencia de incendios. Solo el martes 23 de enero, se registraron 33 incendios simultáneos en municipios de Cundinamarca, afectando aproximadamente 40 hectáreas, con ocho de ellos aún activos. La rápida respuesta de los organismos de emergencia, liderados por el cuerpo de bomberos, ha contenido la mayoría de los eventos.
La declaración de calamidad pública no solo se centra en los incendios forestales; también busca prevenir el desabastecimiento de agua en varios municipios y la construcción de reservorios acuíferos para garantizar la continuidad de las actividades agrícolas.
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Con esta medida, Cundinamarca podrá movilizar recursos de manera más eficiente y ágil, especialmente frente a la creciente amenaza de incendios debido a las altas temperaturas. El gobernador Jorge Emilio Rey, junto con Luis Carlos Barreto, subdirector para el Conocimiento del Riesgo de la Unidad, anunció la decisión, destacando la vulnerabilidad del departamento ante el fenómeno El Niño.
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Según la Unidad para la Gestión del Riesgo de Cundinamarca, en lo que va del 2024 se han reportado 118 incendios forestales, un aumento del 3,000% en comparación con el mismo período del año anterior. Estos incendios han afectado a 51 municipios y han consumido aproximadamente 325 hectáreas. La preocupación se agrava debido al aumento sin precedentes de las temperaturas, como lo evidenció Jerusalén con 40.5° centígrados el 23 de enero.
El incendio en la vereda La Puerta, en Nemocón, presenta desafíos significativos debido a su naturaleza de incendio de copa en pinos, cuyas emisiones inflamables han propagado las llamas. Equipos de emergencia trabajan incansablemente, incluso mediante intervenciones aéreas, para controlar la situación.
La crisis no se limita a Nemocón; incendios activos persisten en Tocancipá, Venecia, Gutiérrez, Chocontá, Machetá, Suesca, San Francisco y Zipaquirá. El fuego en la reserva San Benito, en Zipaquirá, ha desafiado los esfuerzos de extinción durante dos días. Equipos de emergencia se movilizan para abordar cada punto crítico y proteger a la población afectada.
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