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Este es el crédito que jamás debes solicitar; podría acabar con tus finanzas

Aunque muchas personas los ven como una solución rápida, estos créditos pueden convertirse en una trampa financiera, descubre por qué este tipo de préstamo debe ser el último recurso.

Este es el crédito que jamás debes solicitar; podría acabar con tus finanzas
Este es el crédito que jamás debes solicitar; podría acabar con tus finanzas
Foto: Creada con ChatGPT

En tiempos de crisis o necesidad económica, acceder a un crédito parece una salida fácil. Las entidades financieras ofrecen múltiples opciones: créditos hipotecarios, educativos, rotativos, de consumo y de libre inversión. Pero no todos estos productos son iguales.

Algunos tienen condiciones particularmente riesgosas y pueden desencadenar un verdadero desastre financiero si no se manejan con conocimiento y responsabilidad.

Durante su intervención en el programa El Klub de La Kalle, la contadora pública y especialista en derecho tributario Olga Lucía Peña fue contundente:

“El crédito que jamás deberías solicitar, a menos que sea tu último recurso, es el de libre inversión. Es el más peligroso y costoso de todos”.

¿Qué es un crédito de libre inversión?

El crédito de libre inversión es aquel que una entidad financiera otorga sin necesidad de justificar en qué se va a gastar el dinero.

A diferencia de un crédito hipotecario (que está ligado a la compra de un inmueble) o un crédito educativo (que se destina a matrículas y estudios), el de libre inversión te da dinero en efectivo para usarlo como quieras: desde un viaje hasta el pago de otras deudas o la compra de electrodomésticos.

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“Las entidades financieras no te piden justificación del gasto, pero como no hay una garantía específica, lo compensan con altas tasas de interés”, explicó Peña.

En algunos casos, estos créditos pueden tener tasas superiores al 30% efectivo anual, lo que significa que terminas pagando el doble o más de lo que recibiste inicialmente.

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¿Por qué es peligroso el crédito de libre inversión?

La especialista señala varias razones por las que este crédito es considerado altamente riesgoso:

  1. Altas tasas de interés: Como el crédito no tiene respaldo específico, la tasa que se cobra es mucho más alta que la de otros productos financieros.
  2. Plazos largos: Para hacer atractiva la cuota mensual, los bancos extienden el plazo hasta por 72 o más meses, lo cual multiplica el valor de la deuda final.
  3. Tentación de sobreendeudamiento: Como se entrega dinero sin verificación de uso, muchas personas lo usan para gastos no esenciales o para pagar otras deudas, lo que solo agrava su situación financiera.
  4. Engaño de la cuota baja: Al ofrecer cuotas pequeñas, se crea la falsa sensación de control, pero el capital pendiente y los intereses siguen creciendo de forma acelerada.

“Te prestan cinco millones y terminas pagando diez. Lo peor es que mucha gente lo usa para pagar otra deuda. Es como echarle gasolina al fuego”, sentenció la contadora.

Aunque Peña lo considera el tipo de crédito menos recomendable, admite que podría tener alguna utilidad en situaciones muy puntuales, siempre y cuando se tenga una estrategia clara de pago:

  • Emergencias médicas urgentes sin cobertura.
  • Para cubrir una obligación ineludible mientras se espera un ingreso seguro.
  • Cuando se tiene la certeza de que se podrá pagar en el corto plazo, sin dejar que los intereses se acumulen.

Pero, incluso en esos casos, recomienda explorar primero otras opciones como créditos con garantía, préstamos con tasas subsidiadas (como los educativos), o incluso planes de pago con los acreedores directos.

¿Cómo evitar caer en deudas financieras?


La clave está en la educación financiera. La experta insiste en que muchas personas caen en este tipo de deudas por desconocimiento o por desesperación.

“Uno debería tener claro para qué está endeudándose. Si lo haces para cubrir gastos de consumo o por impulso, ya vas por mal camino. Y peor si no sabes cuál es la tasa real que estás pagando”, enfatizó.

Aquí algunas recomendaciones para evitar caer en este tipo de deudas:

  • Compara tasas de interés entre diferentes entidades. Muchas veces hay opciones más económicas.
  • Lee el contrato completo, especialmente las cláusulas sobre intereses moratorios, cobros administrativos y seguros.
  • Calcula el valor total a pagar, no solo la cuota mensual.
  • Evita usar créditos para cubrir otros créditos. Esa es una señal de sobreendeudamiento.
  • Consulta con un asesor financiero antes de firmar cualquier préstamo.

¿Qué hacer si tengo un crédito de libre inversión?

Si ya accediste a este tipo de crédito y no puedes seguir pagando, lo peor que puedes hacer es ignorar el problema. Existen herramientas legales para negociar con los bancos y evitar consecuencias como embargos o reportes negativos.

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Una de estas es el proceso de insolvencia para persona natural no comerciante, que permite al deudor renegociar sus obligaciones, congelar intereses y, en algunos casos, proteger su patrimonio.

“El deudor no tiene que llegar a perder su casa o quedar embargado. Si se asesora a tiempo, puede salir de esa situación sin quedar destruido financieramente”, explicó Peña.

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Mira la entrevista completa aquí: