En un escalofriante incidente que conmociona a la comunidad educativa, padres de familia y autoridades en Bogotá, una estudiante de colegio terminó con una herida de arma blanca luego de ser brutalmente atacada por su propia compañera de clases.
La víctima es una alumna de grado décimo de la institución educativa Sonia Osorio, ubicada en el barrio El Recreo, localidad de Bosa, quien terminó apuñalada por otra menor de edad luego de que denunciara un robo ocurrido en su salón de clases.
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En el ataque la joven terminó con una herida que la mantiene hospitalizada en un centro médico de la misma localidad. La mamá de la víctima hizo público el caso asegurando que no es la primera vez que un estudiante termina apuñalado en la institución.
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Según la versión conocida, el episodio se desencadenó cuando la estudiante, preocupada por la ola de robos que afectaba a su salón, decidió poner en conocimiento de un directivo de la institución quién era la persona responsable de la inseguridad que se presentaba.
Pues según la versión obtenida por el Ojo de la Noche, de Noticias Caracol, en su denuncia la estudiante señaló directamente a varias de sus compañeras de curso asegurando que eran las encargadas de cometer los robos dentro del salón.
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Tras la denuncia, las presuntas responsables del robo se enteraron que quien fue la estudiante que las habría 'sapeado' y reaccionaron agresivamente contra ella.
Las jóvenes decidieron agredir a la estudiante el martes 12 de septiembre a la salida del colegio donde, luego de amenazarla, la atacaron con arma cortopunzante ocasionándole tres puñaladas.
La madre de la estudiante herida denunció con indignación la falta de medidas de seguridad en la institución educativa, asegurando que este no es el primer incidente de violencia en el colegio. La madre de familia expresó su preocupación por la gravedad de la agresión, destacando que su hija sufrió tres heridas con arma blanca, incluyendo una en el cuello, lo que pudo haber tenido consecuencias fatales.
Además, los familiares de la víctima informaron que no solo las agresoras del plantel educativo la esperaban a la salida de la escuela, sino que también se sumaron otras menores externas al colegio, lo que aumentó la violencia y el riesgo para la joven.
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La situación ha generado alarma en la comunidad educativa y en las autoridades locales. Aunque las autoridades tienen conocimiento del incidente, se espera que la madre de la víctima presente una denuncia formal en una Unidad de Reacción Inmediata (URI) para dar inicio a las investigaciones correspondientes.
Este perturbador suceso resalta la importancia de garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes en las instituciones educativas. La comunidad educativa y las autoridades deben tomar medidas urgentes para abordar la violencia en las escuelas y garantizar que los alumnos puedan aprender en un entorno seguro y libre de amenazas.
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