En el hospital Maggiore de Bolonia, una conmovedora historia de supervivencia cautivó los corazones de todos. Una bebé, que vino al mundo en agosto con tan solo 250 gramos, ha superado increíbles obstáculos gracias a terapias, ventilación mecánica y una delicada cirugía ocular. Hoy, la pequeña, conocida como 'bebé pluma', se encuentra en casa con sus padres y hermanos, un testimonio viviente de la dedicación y habilidades del equipo médico.
Mario Motta, director del departamento de Neonatología del Resto del Carlino, compartió con medios de comunicación la odisea que vivieron para salvar a esta 'Bebé Pluma'. "La madre enfrentó complicaciones durante el embarazo, las membranas amnióticas se rompieron prematuramente y, en la vigésima séptima semana de gestación, alrededor de los seis meses y medio, nació la bebé a través de una cesárea", relata Motta.
La recién nacida, una verdadera luchadora, pesó tan solo 250 gramos al nacer y fue trasladada de inmediato a la unidad de cuidados intensivos neonatales. Este hospital recibe cada año a una media de 25 recién nacidos con un peso inferior a un kilo y medio, denominados afectuosamente como "bebés pluma". La bebé, alojada en una incubadora para mantener una temperatura constante, necesitó soporte ventilatorio mecánico y terapia con fármacos específicos en sus primeros días de vida, ya que sus pulmones eran inmaduros.
El equipo médico proporcionó atención especializada, garantizando una nutrición cuidadosa para su desarrollo. "Prestamos gran atención a la nutrición. La recién nacida fue alimentada con pequeñas cantidades de leche materna para mantener su intestino sano, junto con nutrición parenteral intravenosa", explica el neonatólogo.
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A medida que los días pasaban, la valiente bebé ganaba peso gradualmente. En octubre, alcanzó la marca crucial de un kilo y medio, pero surgió un nuevo desafío: la retinopatía del prematuro. Dos procedimientos quirúrgicos en sus ojos fueron necesarios para enfrentar este obstáculo, con un enfoque meticuloso debido a la fragilidad de la pequeña paciente.
Manlio Nicoletti, director del Servicio de Oftalmología de la ASL, destaca la complejidad de tratar a un niño prematuro. "La cirugía debía planificarse, pero el tratamiento de un niño inmaduro requiere un enfoque delicado, porque dormir a una niña de 1,5 kilos y apoyar las funciones cardiocirculatorias es complejo", señala.
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La madre, con emoción en sus palabras, comparte su experiencia. "La tomé en brazos al tercer día y las lágrimas brotaban de la emoción. Luego llegó el difícil momento de la operación ocular. Ahora estamos en casa y agradezco a todo el personal por cómo nos han ayudado".
La historia de la "Bebé Pluma" es un recordatorio inspirador del poder de la esperanza, la dedicación médica y la resistencia ante las adversidades. Una pequeña guerrera que desafió todas las probabilidades para abrazar la vida.
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