Luz Mary Romero jamás imaginó que su vida estaría marcada por la guerra, radicada con sus hijos en Israel, vivió uno de los momentos más difíciles cuando su hijo menor, Shavit Romero, que acababa de recibir el rango de sargento en el ejército israelí, fue enviado a la Franja de Gaza y recibió un disparo que le atravesó la garganta.
El incidente no solo dejó secuelas físicas severas, adicional a eso, Shavit no solo pasó cuatro meses y medio hospitalizado, sino también tuvo que afrontar desafíos emocionales y psicológicos.
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Fisioterapia, terapias de recuperación y atención constante hacen parte de su proceso de sanación. Para Luz Mary, cada día de recuperación no ha sido solo un proceso físico, sino también espiritual, diciendo:
“Le doy gracias a Dios por el milagro que me dio de devolverme a mi hijo. Para mí fue volver a nacer, por eso le celebraré dos cumpleaños cada año”
Aunque el conflicto entre Israel y Hamas ha dejado una estela de dolor e incertidumbre, Luz Mary decidió permanecer en el país donde ha construido su hogar y donde nacieron sus hijos. Asegura que, pese al miedo, su fe y su sentido de pertenencia la mantienen firme.
En medio del caos, también se ha unido a otras familias afectadas, compartiendo oraciones y esperanzas en momentos de angustia. Acompañó a madres israelíes durante la liberación de rehenes, un gesto que refleja su empatía y fortaleza frente al dolor ajeno.
Además, ha pedido al gobierno colombiano que mantenga las relaciones diplomáticas con Israel, argumentando que miles de compatriotas residen allí y dependen de esos lazos para su seguridad y bienestar.
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La historia de Luz Mary es un símbolo de resistencia. El proceso de recuperación de su hijo ha sido largo, pero cada avance es un recordatorio de que la vida puede renacer incluso en medio de la guerra. No solo se trata de sanar el cuerpo, sino de reconstruir la mente y el espíritu.
Con voz serena y mirada agradecida, Luz Mary habla del “milagro” que le permitió volver a abrazar a su hijo. En su testimonio, no hay rencor, sino esperanza. Su historia se convierte en una lección sobre la fuerza del amor y la fe en los momentos más oscuros.
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