Este miércoles, el Banco de Inglaterra introdujo oficialmente en circulación los nuevos billetes con el rostro del rey Carlos III del Reino Unido; sin embargo, se estima que pasará un tiempo antes de que estos billetes se vean de manera habitual en las transacciones diarias.
Estos billetes, que coexistirán con los actuales que llevan el retrato de la reina Isabel II, quien falleció en septiembre de 2022, marcan un hito significativo en la historia monetaria del Reino Unido.
El reverso de los nuevos billetes no ha sufrido modificaciones, por lo que seguirán mostrando figuras históricas británicas como el exprimer ministro Winston Churchill y la escritora Jane Austen. Es importante destacar que los billetes emitidos en Escocia e Irlanda del Norte presentan imágenes diferentes y no la del monarca.
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La impresión de estos nuevos billetes comenzó el año pasado, en paralelo con la actualización de los cajeros automáticos para que pudieran reconocer los nuevos diseños.
Según el Banco de Inglaterra, el retrato del rey Carlos III en los billetes se ha elaborado a partir de una fotografía tomada en 2013.
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El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, destacó la relevancia de este cambio: "Este es un momento histórico, ya que es la primera vez que hemos cambiado el soberano en nuestros billetes".
Bailey también subrayó el compromiso de la entidad con el uso del efectivo, afirmando: "Sabemos que el efectivo es importante para mucha gente y estamos comprometidos a facilitar billetes mientras haya demanda".
La introducción de los nuevos billetes ha sido un proceso meticuloso que incluyó la preparación de los sistemas bancarios y de los cajeros automáticos para garantizar una transición fluida. Este proceso ha sido esencial para asegurar que los nuevos billetes sean reconocidos y aceptados sin inconvenientes en todas las transacciones comerciales y bancarias.
¿Desaparecerán los antiguos?
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A pesar de la entrada en circulación de los nuevos billetes, se espera que los billetes con el rostro de la reina Isabel II sigan siendo comunes por un tiempo considerable, dado que la retirada de los billetes antiguos se realizará de manera gradual.
Esto permitirá que los ciudadanos y las entidades financieras se adapten progresivamente a la nueva moneda sin afectar las actividades económicas cotidianas.
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