Toda una tragedia vive una mujer luego de que su intento de embellecer sus manos con uñas acrílicas terminara por destruirle sus dedos al punto de dejarle la carne completamente expuesta ya que se le cae la piel de los dedos.
Se trata de la historia de Lisa Dewey, una mujer de Reino Unido, residente en Pattishall, localidad en Inglaterra, quien desea nunca haber optado por las uñas postizas para hacer ver sus dedos más estilizados.
Pues luego de que durante varios años utilizara sin problema geles para el cuidado de sus manos, estas tuvieron una reacción alérgica al tener contacto con los materiales usados para uñas acrílicas.
Esto ocurrió en febrero de este año cuando Lisa, de 36 años, comenzó a observar que sus uñas se debilitaban y se pelaban al punto de dejar sus dedos morados, razón que la llevó a acudir al dermatólogo quien le recetó una crema con esteroides y antibióticos para que los tomara.
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Luego de dos meses sus manos mejoraron y la mujer acudió nuevamente a su manicurista para que le pusiera unas uñas acrílicas; pero esto agravó su situación ya que reactivó la alergia en sus uñas y se expandió a sus dedos.
Dewey relacionó los síntomas con una alergia al esmalte de uñas en gel que comenzó a utilizar a comienzos de este año; pues dice que desde que usó ese esmalte presenta la alergia.
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Pero esta vez la situación empeoró ya que sus dedos comenzaron a pelarse con una caída de piel que deja la carne viva completamente expuesta y causando un intenso dolor en las manos de la mujer.
“Ahora mi piel es como papel que se desgarra de mis dedos y no puedo mover las manos del dolor”, contó Lisa en una entrevista al South West News Service.
“Sucedió de repente, temí que incluso podría perder un dedo cuando se puso púrpura alrededor de la uña. Temía que le faltara oxígeno, pero terminó siendo algo completamente diferente”, agregó.
Actualmente la mujer se encuentra en un intenso tratamiento médico y mientras vuelve a recuperar su piel depende por completo de su esposo ya que no puede realizar ninguna actividad con sus manos debido la carne expuesta y el dolor que le generar cualquier contacto.
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“Esto ha afectado mucho mi confianza. Ahora escondo mis manos. Es vergonzoso tener manos así”, expresó Lisa quien agregó que: “Solo quiero hacer mi parte para tratar de hacer correr la voz de que las cosas podrían no ser tan buenas como parecen”.