Mateo Reyes uno de los implicados en la muerte de Ana María Castro rindió su declaración ante la Fiscalía sobre los hechos ocurridos en la madrugada del 5 de marzo de 2020 que descaderaron en el desafortunado deceso de la joven.
Mateo indicó que estaban departiendo en el establecimiento comercial en la 116, al norte de Bogotá , donde tomaron aguardiente, cerveza y whisky, y que los amigos de Ana María, Paul Naranjo y Julián Ortegón , a quienes no conocía, dijeron que fueran a la casa de Julián en el sector de Pontevedra.
Aunque Reyes asegura que “se sentía muy mal y no se acuerda de la salida del bar ”, sí pudo relatar el momento en el que Ana María Castro resultó con el fuerte golpe en la cabeza producto de una caída.
Esto le dijo a la Fiscalía: “ Cuando íbamos por la calle 80 con 69, por donde ocurrió el incidente, alguno de los amigos me dijo que yo no podía ir con ellos a la casa, entonces pararon, yo me bajé del carro y Ana se bajó detrás mío, yo me subo al andén y Ana se quedó hablando con los ocupantes del vehículo por la ventana , no sé si la delante o la de atrás, lo que sé es que Ana ya estaba abajo de la camioneta, escuché discutir a Ana con alguno de sus amigos y les preguntaba 'por qué, por qué' y de un momento a otro el que iba manejando el carro arrancó y como Ana estaba recostada sobre la ventanilla no sé si fue que quedó enganchada en el auto y como arrancó tan rápido, Ana se cayó al piso y se golpeó la cabeza , yo no sé si el carro la arrastró, pero sí giró antes de caer por la fuerza del carro al arrancar . Yo me acerqué a Ana a verla y observé que estaba quieta y no se movía, entonces yo entré en shock y mi primera reacción fue tratar de parar algún vehículo para ver si alguno ayudaba a llevarla a una clínica” .
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Reyes dijo que no recuerda con exactitud todos los detalles debido al alto grado de alicoramiento que presentaba en el momento del incidente, pero afirmó que fue él quien logró alertar a las autoridades mientras pedía ayuda en la calle.
“Yo gritaba que llamaran a la Policía, que llamaran una ambulancia, yo logré llamar al 123 desde mi celular eso fue como a la 1:45 y a las 2:03, la verdad no tengo claro qué les dije, supongo que les dije lo que había pasado. Después de eso me sentía muy mal, como que me acuerdo de que lloraba, pedí ayuda, llamé a mi novia, Valeria Velásquez, eso fue como a las 2:10 y le conté lo que había pasado y ella me dijo que ya iba para allá a ayudarme, cuando ella llegó ya estaba yo con la Policía, pero para ser sincero de ese momento no me acuerdo. Valeria me dijo que cuando ella llegó al sitio, a Ana ya se la habían llevado” , concluyó Reyes.
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La joven fue atendida por una ambulancia que la trasladó al Hospital de Engativá, en el noroccidente de Bogotá, y posteriormente al Hospital Simón Bolívar, en el que murió a raíz de un trauma craneoencefálico producto de los golpes, según el dictamen médico legal .
Este es ahora catalogado como uno de los testimonios más importantes con los que cuenta la Fiscalía, para asegurar que los presuntos responsables del homicidio de la joven Ana María Castro serían Paul Naranjo y Julián Ortegón.