El pasado jueves 16 de enero, el Departamento Administrativo de la Función Pública marcó un hito al aprobar la licencia menstrualpara trabajadoras públicas en Colombia.
Esta medida permite a mujeres y personas menstruantes que enfrenten síntomas incapacitantes del ciclo menstrual realizar hasta tres días de trabajo remoto al mes, garantizando su bienestar y productividad laboral.
Según la normativa, las trabajadoras podrán solicitar el beneficio a sus jefes inmediatos, previa coordinación y certificación médica en casos de condiciones como endometriosis, síndrome de ovario poliquístico o miomas.
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El certificado médico debe renovarse cada seis meses, según indicó la entidad. “Los dolores menstruales no deben ser algo que simplemente se tolere. Esta realidad necesita soluciones concretas”, expresó Paulo Molina, director encargado de la Función Pública, durante el anuncio oficial.
La licencia menstrual también aplica para quienes experimenten síntomas como dolores abdominales, sensibilidad mamaria, cambios de humor, o mareos que afecten su capacidad laboral.
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Estos tres días serán seleccionados por la trabajadora en acuerdo con su jefe inmediato, y deberán cumplirse en el mismo horario pactado para la modalidad presencial, utilizando equipos y herramientas propias de la trabajadora.
¿A quiénes beneficiará la nueva ley de licencia menstrual?
La resolución beneficia inicialmente a 723.000 mujeres vinculadas al servicio público en Colombia. Además, se emitió una circular externa instando a otras entidades estatales a adoptar esta iniciativa.
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La decisión surge tras datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que indican que un 8% de las mujeres en Colombia han interrumpido sus actividades laborales debido a los efectos de la menstruación, equivalentes a 3,5 millones de personas.
María Fernanda Carrascal, Representante a la Cámara en el Congreso y una de las principales impulsoras de la normativa, celebró la aprobación calificándola como “un avance significativo en los derechos menstruales”.
También mencionó que, aunque la medida se centra en el ámbito laboral, podría expandirse en el futuro a otros sectores, como el educativo.
Pese al impacto positivo de la medida, algunos sectores han expresado inquietudes sobre posibles efectos en la productividad.
Sin embargo, Molina destacó la importancia de priorizar el bienestar laboral sobre preocupaciones económicas. “No podemos tratar a las personas como máquinas de hacer dinero. Esta es una apuesta por la igualdad y la equidad”, declaró el funcionario.
La licencia menstrual es un paso hacia el reconocimiento de los derechos menstruales y la equidad en el lugar de trabajo, marcando un precedente para futuras iniciativas que busquen mejorar la calidad de vida de las trabajadoras en Colombia.
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