El feminicidio de Yurley Cervantes ha conmocionado a la comunidad de Bogotá. La joven, quien buscaba escapar de una relación violenta con su expareja Francisco Acosta, fue brutalmente asesinada dentro de un bus público el pasado 12 de septiembre en la localidad de Bosa, sur de la capital.
A pesar de sus intentos por protegerse, incluyendo una medida de alejamiento que no fue efectiva, Yurley no pudo escapar de la tragedia que había intentado evitar desde hacía meses.
El relato de su madre y otros familiares revela la secuencia de eventos. Yurley, originaria de Fundación, Magdalena, había huido a Bogotá en busca de un refugio tras sufrir violencia intrafamiliar prolongada a manos de Acosta.
Su expareja, quien ya tenía antecedentes por violencia y homicidio, no cesó en su persecución. La joven, en un intento desesperado por escapar, fingió un dolor de muela para que su agresor le permitiera dejar la finca donde estaba secuestrada, en una zona rural de Casanare, y huir hacia la capital.
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Ya en Bogotá, Yurley se refugió en la casa de una tía en Bosa. Sin embargo, Acosta la siguió y comenzó a acecharla.
Pese a las constantes amenazas de muerte que el hombre le había hecho, incluyendo el día de su cumpleaños cuando prometió acabar con su vida y la de su familia, Yurley no recibió la protección necesaria por parte de las autoridades.
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La madrugada del 12 de septiembre, Yurley y su tía abordaron un bus en el barrio Santa Fe, en un último intento por huir de la amenaza constante de Acosta.
Sin embargo, el hombre las localizó y subió al transporte público, donde desató su ataque. Armado con un cuchillo, Acosta apuñaló a Yurley repetidas veces, causándole la muerte frente a los pasajeros.
Su tía, quien la acompañaba en el momento, también fue gravemente herida durante el ataque.
A pesar de que Yurley había solicitado apoyo a las autoridades, su familia denunció que no recibió el acompañamiento policial que había pedido horas antes. Esta omisión fue clave para que Acosta lograra cumplir con sus amenazas y asesinara a la joven.
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Este caso no es un hecho aislado en Bogotá. De acuerdo con el Observatorio de Feminicidios de la Red Antimilitarista, hasta agosto de 2024 se registraron 47 feminicidios en la ciudad, convirtiéndola en la segunda con mayor número de casos en el país.
A pesar de los esfuerzos por implementar medidas de protección, más de 650 mujeres en la capital se encuentran en riesgo de feminicidio, muchas de ellas con órdenes de alejamiento que no siempre se cumplen a cabalidad.
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