Una historia que ha conmovido profundamente a los habitantes de Puerto Wilches, Santander, y a la comunidad evangélica de toda la región. El pasado lunes festivo, 13 de octubre, se conoció la noticia del fallecimiento del pastor José Padilla, líder espiritual de la Iglesia Cristiana Cuadrangular del corregimiento de Vijagual. Lo que nadie imaginaba era que, solo dos horas después, su esposa, la pastora Ofir Piñeres, también perdería la vida.
José Padilla había sido trasladado a una clínica en Bucaramanga por complicaciones de salud. Allí fue sometido a un procedimiento quirúrgico que, lamentablemente, no resistió. Su partida fue confirmada en horas de la mañana, generando tristeza entre sus allegados y los fieles que lo acompañaban en su labor pastoral.
Puedes leer: ¿Igual que la estatua de Diomedes? Fan le pide ayuda a Karol G en un concierto para ser papá
Mientras tanto, en Puerto Wilches, su esposa Ofir recibía la noticia con profundo dolor. Testigos cercanos contaron que la mujer no podía contener las lágrimas al enterarse de la muerte de su compañero de vida. En medio de su tristeza, sufrió un desmayo repentino del que no logró recuperarse, y pese a los esfuerzos de quienes intentaron auxiliarla, nunca volvió a abrir los ojos.
Su muerte, ocurrida apenas dos horas después de la de su esposo, dejó sin palabras a toda la comunidad. Ambos eran reconocidos por su trabajo social, su entrega a la fe y el cariño con el que atendían a las familias de Vijagual.
“Eran inseparables, siempre juntos, predicando y ayudando a quien lo necesitara. Nadie puede creer que se hayan ido el mismo día”, comentó un miembro de su congregación.
Puedes leer: Escoltas de Álvaro Uribe, mencionados en caso del papá de Greeicy Rendón; así participaron
Así fue la despedida de los pastores
La noticia se difundió rápidamente a través de redes sociales, donde los fieles compartieron mensajes de despedida, fotografías y recuerdos de los pastores. En la página oficial de la Iglesia Cristiana Cuadrangular, los miembros escribieron un emotivo mensaje en homenaje a la pareja:
“Vivimos un profundo duelo. Ellos fueron ejemplo de fe, humildad y amor. Nos duele su partida, pero su legado quedará vivo en cada corazón que tocaron.” Ambos lideraban la iglesia desde hace varios años, y su labor trascendía más allá del templo. Eran conocidos por su disposición a ayudar en momentos difíciles, organizar actividades comunitarias y ofrecer orientación espiritual a quienes atravesaban situaciones complejas.
En Puerto Wilches, muchas personas se acercaron a la iglesia para dejar flores, encender velas y acompañar a los familiares en medio del dolor. La despedida se convirtió en un acto de fe colectiva, donde la tristeza se mezcló con la admiración por una pareja que, hasta el último momento, permaneció unida.