El 31 de octubre de 2010, una fecha que suele evocar festividades y alegría para miles de personas, es un día lleno de dolor y misterio para la familia Colmenares Escobar. Ese trágico Halloween marcó la
Y cuando están por cumplirse 13 años de aquella horrible noche, Oneida Escobar, madre de Luis Andrés, decidió romper el silencio y compartir
Oneida Escobar confesó que su hijo no estaba particularmente emocionado por la fiesta a la que se dirigía esa noche, ya que había tenido una
Según contó Oneida, en diálogo con Semana, Luis Andrés planeaba pedir oficialmente a Laura que fuera su novia, además contó que a pesar de que tenía en mente un disfraz diferente, a última hora el joven decidió asistir a la reunión disfrazado de diablo, una elección que su madre nunca aprobó.
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En sus propias palabras: "Yo sentí mucho rechazo a ese disfraz, yo sentía que algo iba a pasar. Él inicialmente no se iba a poner el disfraz de diablo, él se iba a disfrazar de árabe. Cuando él salió vestido de diablo, yo me quise enloquecer. Pero él me dijo que llevaba a Dios en el corazón y con eso se fue".
Oneida compartió un momento particularmente conmovedor en su conversación: "Yo le estaba ayudando a colocar los cachos y se quedó mirándome fijamente. Esa mirada, hoy digo, fue una manera de despedirse. Después de eso, me dijo: 'Gorda, no me voy a demorar, yo me vengo temprano'. También se despidió de su hermano y le pidió que me cuidara".
Las revelaciones de Oneida Escobar arrojan luz sobre la profundidad de su relación con su hijo Luis Andrés y el peso de la tragedia que han llevado en sus corazones desde aquel funesto Halloween. La muerte de Luis Andrés Colmenares sigue siendo un caso rodeado de misterio y controversia, con opiniones divididas sobre si fue un trágico accidente o un acto criminal. La familia continúa luchando por la verdad y la justicia en el proceso legal en curso.
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La pérdida de Luis Andrés Colmenares ha dejado una profunda huella en la vida de su madre y de todos aquellos que le conocieron, y su memoria sigue viva en cada relato, cada mirada y en las últimas palabras que pronunció antes de aquella fatídica noche.