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Implantes en el cerebro ya son una realidad: se acerca el hombre máquina

Diversos laboratorios y empresas han logrado proezas que despiertan la imaginación. La capacidad de controlar programas de computadora por medio del pensamiento se ha demostrado gracias a los implantes cerebrales.

Implante Neuralink
Implante Neuralink
-/AFP

En el horizonte de la interacción hombre-máquina, los implantes cerebrales ganan terreno con pasos agigantados. La posibilidad de comunicarse directamente con las máquinas a través del pensamiento no es ya solo un sueño de ciencia ficción, sino una realidad tangible que nos acerca al potencial cíborg. A pesar de este emocionante avance, aún hay un trecho por recorrer antes de que la telepatía y la conexión total sean parte de nuestro día a día.

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Avances actuales en implantes cerebrales

Diversos laboratorios y empresas han logrado proezas que despiertan la imaginación. La capacidad de controlar programas de computadora por medio del pensamiento se ha demostrado gracias a los implantes cerebrales. A su vez, la estimulación cerebral puede generar respuestas físicas medibles. Dos vías de comunicación que antes eran impensables ahora se abren paso.

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Entre los logros más recientes destaca el caso de un hombre parapléjico de origen holandés. En Lausana, Suiza, en el mes de mayo, este individuo logró no solo caminar sino controlar sus pasos mediante el poder del pensamiento. La combinación de electrodos cerebrales, tecnología de inteligencia artificial y estimulación de la médula espinal hicieron posible este asombroso avance. De igual manera, en ese mismo periodo, científicos estadounidenses presentaron un "decodificador de lenguaje" capaz de traducir el pensamiento en texto escrito. Un proceso que requería el entrenamiento previo del cerebro a través de resonancias magnéticas de larga duración.

La investigación en torno a las interfaces cerebro-máquina (ICM) se encuentra en un estado embrionario, centrándose principalmente en individuos con parálisis. Aunque muchos de estos dispositivos se prueban en entornos médicos, algunos ya están comenzando a tener aplicaciones más cotidianas. Por ejemplo, se han reportado casos en los que personas utilizan implantes para controlar sus sillas de ruedas de manera efectiva.

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El uso de implantes cerebrales no está exento de desafíos. Colocar estos dispositivos cerca de las neuronas garantiza señales más precisas, pero esto implica cirugías complicadas, costosas y con una durabilidad a largo plazo limitada. Sin embargo, compañías como la estadounidense Synchron están apostando por métodos menos invasivos. Su dispositivo "Stentrode", insertado en el cerebro a través de una vena yugular, permite al paciente utilizar servicios de mensajería y navegación en línea a través del pensamiento.

El futuro de la interacción cerebro-máquina

La empresa Neuralink, bajo la dirección de Elon Musk, se ha destacado por su ambiciosa visión de cómo los implantes cerebrales podrían transformar nuestras vidas. No solo apuntan a restaurar habilidades en pacientes paralíticos y ciegos, sino también a abordar enfermedades psiquiátricas como la depresión. Musk también ha planteado la idea de expandir nuestras capacidades cerebrales para enfrentar el auge de la inteligencia artificial.

Neuralink también explora conceptos futuristas, como la posibilidad de guardar recuerdos en línea y transferirlos a otros cuerpos o incluso a robots. Además, Musk ha debatido la viabilidad de una "telepatía consensuada" entre humanos, permitiendo la comunicación de pensamientos sin intermediarios. La empresa ha obtenido la aprobación de la FDA para realizar pruebas en humanos y ha asegurado inversiones considerables.

En última instancia, estamos en medio de una revolución que promete un nivel de interacción sin precedentes entre nuestras mentes y la tecnología. Los implantes cerebrales están marcando el comienzo de una nueva era, en la que la barrera entre el hombre y la máquina se desdibuja gradualmente.

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