El reciente anuncio del Gobierno de Colombia sobre el aumento en el precio del diésel desencadenó una ola de preocupación y malestar en diversos sectores económicos, especialmente entre los transportadores y comerciantes.
Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), ha sido una de las voces más críticas, advirtiendo que esta medida podría desencadenar un alza significativa en el costo de los alimentos de la canasta familiar, afectando directamente el bolsillo de los colombianos.
Según Fedetranscarga, por cada 2.000 pesos de aumento en el precio del diésel, se prevé que las tarifas de los fletes suban un 8%. Esto implica que los costos logísticos para transportar productos a lo largo del país se incrementarán notablemente, lo que repercutirá en el precio final que los consumidores deberán pagar por sus alimentos.
Cabal enfatizó que este aumento, que llevará el precio del diésel de 9.000 a 15.000 pesos, representa un incremento del 66.66%, un golpe que podría haberse mitigado si no se hubiese mantenido congelado el precio del combustible durante el inicio del mandato del presidente Gustavo Petro.
Publicidad
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que el aumento del precio del ACPM, el combustible más utilizado por los transportadores, es inevitable para reducir el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc). Este incremento se llevará a cabo de manera gradual entre 2024 y 2025, y se estima que alcanzará los 6.000 pesos.
Sin embargo, esta medida ha sido fuertemente criticada por el gremio de transportadores, quienes sostienen que la economía colombiana aún no está en condiciones de absorber un ajuste de tal magnitud sin sufrir consecuencias graves.
Publicidad
Henry Cárdenas, presidente de Fedetranscarga, advirtió que la rentabilidad del sector se verá seriamente comprometida con este aumento. En declaraciones a Noticias Caracol, señaló que si los costos de operación siguen subiendo al ritmo proyectado, los transportadores podrían verse obligados a detener sus operaciones, ya que no sería rentable mantener los vehículos en las carreteras.
Además, subrayó que el impacto no se limitará a las empresas de transporte, sino que podría extenderse a la generación de empleo en el sector, llevando a despidos masivos.
Cálculos realizados por Fedetranscarga indican que un aumento de 1.000 pesos en el precio del diésel se traduciría en un incremento del 4% en los precios de la canasta familiar. Con el aumento proyectado de 6.000 pesos, el impacto en el costo de los alimentos será aún más drástico, agravando la situación de las familias colombianas que ya enfrentan un escenario económico complicado.
Recomendado: Leche a desde $2.900 para aliviar el bolsillo
Publicidad