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Receta de lechona en olla a presión: igualita a la tolimense

Prepara una deliciosa lechona tolimense usando tu olla a presión. Para que sorprendas a tus seres queridos con un rico plato típico colombiano.

Imagen referencial, lechona tolimense
Imagen referencial, lechona tolimense
/Foto: Gobernación del Tolima

La lechona es un ícono culinario de nuestro país, va más allá de ser solo un plato; representa la esencia misma de la unión familiar y comunitaria. Su preparación es un evento colaborativo que celebra no solo lagastronomía, sino también la convivencia y la alegría de compartir. La combinación de texturas que ofrece, con su crujiente capa exterior y su interior jugoso y aromático, la convierte en una delicia única en su género.

Los ingredientes necesarios para crear esta maravilla gastronómica son simples y comunes: carne de cerdo, arroz, arvejas amarillas, papa picada en cuadritos, aceite, caldo de carne, sal y una selección de condimentos al gusto. El proceso de adobar la carne es crucial; se realiza el día anterior, masajeando la carne con los condimentos elegidos y dejándola reposar en la nevera durante la noche para que los sabores se integren a la perfección.

El día de la preparación, se inicia la mezcla de todos los ingredientes crudos en un recipiente grande, exceptuando la carne. El arroz, las arvejas, la papa picada y los condimentos se combinan para dar forma al relleno que hará de esta lechona una exquisitez. Luego, en una olla a presión, se colocan capas alternadas de carne adobada y la mezcla preparada, dando paso a un proceso de cocción lento y meticuloso.

El ritual continúa con la cocción a fuego lento durante cuatro horas, permitiendo que los sabores se entrelacen y se fusionen para crear el manjar deseado. Al culminar este tiempo, al apagar el fuego y liberar la presión de la olla, se revela el resultado de este esfuerzo colectivo. Con cuidado, se remueve el contenido de la olla, se mezclan los sabores y se da el toque final a este plato tradicional.

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La preparación del cuero del cerdo, que añade ese crujiente adicional, es otro arte. Sazonarlo con especias al gusto y cocinarlo a fuego lento en un sartén antiadherente con papel aluminio y unas piedras para evitar su encogimiento, es parte de la maestría culinaria que completa esta experiencia gastronómica única.

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