El azúcar aunque es un agente exfoliante natural, tiene bordes afilados que pueden causar microdesgarros en la piel si se usa con demasiada fuerza o frecuencia.
Estos microdesgarros pueden conducir a irritación, inflamación y brotes de acné, especialmente en pieles sensibles. Según Nivea, es crucial evitar los exfoliantes de azúcar si se tiene neurodermatitis, cicatrices o quemaduras solares, ya que estas condiciones hacen que la piel sea aún más vulnerable a los daños.
El uso excesivo de exfoliantes puede despojar a la piel de sus aceites naturales, causando deshidratación. La piel seca no solo es incómoda sino que también es más propensa a la irritación y las infecciones.
Para evitar este problema, es fundamental seleccionar los aceites adecuados para la base de tu exfoliante de azúcar. Por ejemplo, los aceites no secantes como el de coco, almendras, macadamia y jojoba son ideales para pieles secas, sensibles y maduras.
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¿Cada cuánto es recomendable exfoliar la piel?
La clave para beneficiarse de los exfoliantes de azúcar es la moderación y la técnica correcta. Para una exfoliación facial, Nivea recomienda primero eliminar el maquillaje, el sudor y el sebo con un limpiador adecuado, como el gel limpiador.
Aplica el exfoliante sobre la piel ligeramente húmeda y masajea suavemente con movimientos ascendentes durante 2 a 3 minutos antes de enjuagar con agua tibia.
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Para la exfoliación corporal lo ideal es realizarla durante la ducha para que sea más fácil enjuagar el exfoliante y limpiar la piel después. Aplica la mezcla sobre la piel húmeda y masajea con movimientos circulares.
Es importante tener precaución al exfoliar en la ducha, ya que los aceites pueden hacer que la superficie sea resbaladiza, aumentando el riesgo de caídas.
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