Miles de personas se congregaron para esperar a la reguetonera una media hora antes en torno a la mayor tarima del festival, que regresó este año al desierto de California después de tres años de pausa por la pandemia.
La emotiva introducción reproducida en las gigantescas y nítidas pantallas de video reflejaban el viaje de Carolina Giraldo Navarro, nacida en 1991 desde su natal Medellín hasta convertirse en la intérprete de "Bichota", una referencia internacional de la música latina.
"Ella es diversión pura, ¡la amo!", gritaba Carolina Sánchez, una mexicana de 23 años que en primera fila aguardaba por la cantante que apareció en escena con un body en el mismo azul turquesa que su característico cabello.
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Sánchez al igual que otras personas en la primera fila ganaron pelucas azul turquesa antes de que comenzara el espectáculo.
"A lo que vinimos, familia, a pasarla brutal", gritó Karol G al aparecer junto a su cuerpo de bailarines, siguiendo una coreografía desafiante, en la que no faltaron los besos, el perreo y mucho movimiento de caderas.
"Traigo sorpresas", reveló la artista, que en la primera mitad de su set puso a todo el mundo a bailar al cantar dos temas junto a DJ Tiesto.
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Luego, la paisa subió a
"Soy de Colombia, y estoy muy orgullosa de representar a mi país y a las latinas", dijo Karol G en un momento con la pasión de su voz, agradeciendo en seguida la oportunidad de poder abrir espacios para las latinas en una de las mayores vitrinas de la música internacional.
Veinte artistas latinoamericanos participan este año en Coachella, tres más que en 2019, cuando la batuta la llevaron Bad Bunny y J Balvin.
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