
A más de tres décadas del fin de El Chavo del 8, los recuerdos y anécdotas de quienes dieron vida a sus entrañables personajes siguen despertando curiosidad y nostalgia.
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Con el reciente estreno de la serie Chespirito: sin querer queriendo, producida por Max, el legado de figuras como Ramón Valdés ha vuelto a cobrar fuerza en redes sociales y medios, revelando aspectos poco conocidos de su vida fuera de los foros de televisión.
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¿Qué hizo 'Don Ramón' con el dinero que ganó en El Chavo del 8?
Uno de los testimonios más emotivos surgió de Esteban Valdés, hijo del actor que encarnó al inolvidable “Don Ramón”.
En una entrevista concedida a la periodista Matilde Obregón, Esteban habló sobre cómo su padre utilizó los ingresos que obtuvo por su participación en la icónica serie de Roberto Gómez Bolaños.
Según relató, el dinero que Ramón Valdés ganó, especialmente durante las giras por Sudamérica, transformó la vida de su familia.
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Aunque nunca supo con certeza cuánto ganaba su padre, recuerda que tras cada gira, el actor regresaba con una buena cantidad de billetes en dólares. “Llegaba con mi mamá y le decía ‘ahí están los tamales’, así le decía al dinero”, compartió entre risas.

Aquella bonanza permitió a la familia pasar de vivir en una casa modesta a instalarse en un hogar más amplio, con comodidades antes impensables. “Hubo muebles mejores, alfombras, cortinas… pasamos de muchas carencias a tener una mejor calidad de vida”, comentó Esteban.
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Pero lo más valioso, asegura, no fue la mejora material, sino la manera en que su padre supo disfrutar tanto en la abundancia como en la escasez.
“Mi papá disfrutó teniendo y no teniendo. Sin tener qué comer éramos felices; después había caviar y champagne y también éramos felices”, afirmó.
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Esta visión familiar, íntima y afectuosa del hombre detrás del personaje de “Don Ramón” arroja nueva luz sobre la vida de los actores que, aunque vivieron la gloria de la fama, también enfrentaron realidades personales que no siempre salían a cuadro.
Así, en medio del renovado interés por el universo de Chespirito, la figura de Ramón Valdés resurge no sólo como un icono de la comedia mexicana, sino como un padre amoroso que supo convertir su éxito en bienestar para los suyos, sin perder la sencillez que lo caracterizaba.
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