
Rubén Aguirre fue más que el entrañable 'Profesor Jirafales' del universo de El Chavo del 8. Su figura imponente y voz pausada marcaron a generaciones, pero detrás del telón se ocultaba una historia cargada de excesos, enfermedades y una caída económica que sorprendió a muchos.
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Recientemente, su hijo Arturo Aguirre rompió el silencio en un video que conmocionó a los seguidores del actor. En su testimonio, compartió aspectos íntimos de la vida de su padre, revelando los hábitos que deterioraron su salud y lo llevaron a una muerte silenciosa, aunque serena.
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"Mi papá es un mal ejemplo para todos los niños, comió muy mal, era muy dulcero. Junto a Chespirito había momentos donde no pedían comida normal, pedían la carta de postres y pedían todos los postres, y eso comían, hasta que se hizo diabético mi papá", confesó Arturo.
La pasión de Aguirre por los dulces fue solo una parte de un estilo de vida que él mismo eligió sin restricciones.
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Según su hijo, también era un amante de la buena carne y, aunque no era alcohólico, disfrutaba ocasionalmente de una copa de vino tinto o tequila. Pero su verdadero vicio fueron los puros: “Sabía mucho de puros, los mandaba a traer”, relató.
Aunque estos hábitos dieron identidad a su personaje, también sellaron su destino. La diabetes llegó con fuerza, y con ella, una cadena de complicaciones médicas. Fue entonces cuando Aguirre buscó tratamiento en Argentina, encontrando un médico que, según su hijo, tomó decisiones equivocadas.
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“Le tocó un muy mal doctor en Argentina que le dio cortisona cuando no tenía que darle, o por lo menos no en esas cantidades. Se hinchó como globo. Esa gordura no fue normal, fue por la cortisona, se le complicaron muchas cosas”, expresó.
La caída económica de Rubén de Aguirre tras la fama
Pero no solo fue la salud lo que se deterioró. La vida de Rubén Aguirre dio un giro drástico en 2007, cuando sufrió un grave accidente automovilístico en Sinaloa junto a su esposa, Consuelo de los Reyes Medellín.
El fallo en los frenos provocó una colisión con un camión que dejó secuelas físicas en ambos. Mientras ella sufrió una fractura en la pierna, Aguirre padeció una severa lesión en la columna vertebral.
Ese evento marcó el inicio de una pesadilla financiera. Los gastos médicos comenzaron a consumir rápidamente el capital que Aguirre había acumulado tras años de éxito en televisión. Las complicaciones por diabetes y cálculos renales lo alejaron definitivamente de los escenarios.
"Tenía guardado un pequeño capital, pero debido al choque me quedé en la calle", reveló el propio actor en una entrevista años antes de su muerte.
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El actor también expresó su frustración con la Asociación Nacional de Actores (ANDA), a la que acusó de no brindarle el apoyo necesario. La organización, por su parte, aseguró que sí le ofrecieron asistencia, aunque Aguirre insistió en lo contrario.
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A pesar de todas las dificultades, su hijo asegura que el final fue digno y en paz:
“Vivió a toda. Vivió como quiso, comió como quiso y murió bien. Murió sin dolores y sin sufrimientos, solo se fue, igual que mi mamá. Estaba platicando de un programa de televisión cuando de repente murió. Yo creo que esas son de las muertes bonitas”, concluyó.
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