Juan Daniel Oviedo, la figura política que capturó la atención nacional no solo por su gestión basada en datos, sino también por un "hablado muy particular", rompió el silencio sobre la causa real de su tono y modulación.
Lejos de ser un capricho o una simple característica de su origen social, como muchos asumen al clasificarlo automáticamente como un "gomelo estrato 20", su forma de hablar es el resultado directo de una condición auditiva compleja.
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La revelación se produjo durante una sincera entrevista en El Klub de La Kalle, donde el candidato compartió los detalles de su lucha por escuchar y cómo esta limitación sensorial ha influido en su vida y su comunicación.
¿Qué le pasó a Juan Daniel Oviedo en su oído?
El problema auditivo de Oviedo no es reciente. Explicó que creció con una deficiencia auditiva muy leve en el oído derecho. Esta condición se originó debido a múltiples otitis (infecciones del oído) sufridas durante su niñez.
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Las otitis provocaron el endurecimiento de los huesos del oído, un fenómeno que reduce la conducción y, por ende, la capacidad de oír.
Sin embargo, el punto de inflexión llegó en 2014, cuando un incidente doméstico agravó catastróficamente la situación. Oviedo relató que, al levantarse muy rápido de la cama para contestar el citófono—pues unos amigos iban a visitarle—sufrió un síncope (desmayo).
Cayó "como un palo de escoba" y la totalidad del peso de su cuerpo recayó sobre su oído derecho. El impacto fue tan violento que resultó en una "pequeña explosión que rompió completamente mi sistema auditivo por este lado del oído derecho".
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Desde entonces, el candidato funciona principalmente con su oído izquierdo y requiere de una prótesis auditiva.
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Esta limitación física es la razón fundamental detrás de su peculiaridad vocal, pues es la forma como yo se escucha a si mismo".
Oviedo enfatizó que su discapacidad lo ha obligado a desarrollar habilidades compensatorias extraordinarias. Desde pequeño, tuvo que aprender a "leer los labios de la gente".
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Esta práctica es crucial: si alguien le habla despacio o por detrás, puede no entender completamente, lo que lo obliga a mantener la atención visual en su interlocutor.
A pesar de su déficit de audición (oír), ha adoptado el eslogan de campaña de la "capacidad de escucha", un concepto que deliberadamente juega con esta realidad.
Él distingue claramente entre los conceptos: "Hay una diferencia entre oír y escuchar". Aunque pueda tener problemas para oír (el acto físico), asegura tener "muchas ganas para escuchar" (el acto de prestar atención y comprender).
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