
Los hechos tuvieron lugar en Puebla, México, donde un hombre se sometió a una sesión de masajes debido a que padecía una contractura muscular, desafortunadamente el supuesto tratamiento terminó peor que la enfermedad.
Jerónimo Rodolfo Ramírez León, de 43 años, tuvo que ser internado en un hospital local, en el área de cuidado intensivo al llegar al centro asistencial con un daño cerebral y la posibilidad de quedar en estado vegetativo, luego que de que el personal de dicho establecimiento hiciera un mal movimiento en su cuello.
La familia de la víctima radicó una denuncia en contra del establecimiento y su personal, pidiendo a las autoridades que investiguen a fondo los permisos y profesionalidad de sus empleados, ya que aparecieron más personas que dicen haber sufrido situaciones parecidas al del hombre.
El local en cuestión es el centro de masajes Baños Villa Frontera, los cuales no fueron los únicos demandados, puesto que la familia también interpuso acciones legales en contra del Hospital de Ortopedia del Estado, asegurando una presunta negligencia médica, previa al traslado del hombre al hospital General del Norte.
Mientras Ramírez se encontraba internado en el centro asistencial, el establecimiento en cuestión reabrió sus puertas y se atrevió a acercarse a través de un intermediario a la familia, afirmando que querían hacerse cargo de los gastos médicos de la víctima, mostrando un aparente arrepentimiento.
Sin embargo nunca se concretó dicha ayuda, así lo dio a conocer Edith Pérez, sobrina del hombre afectado: “Sentimos como una burla que se acerquen a nosotros para que pudieran reabrir, se comprometieron a llegar un acuerdo para afrontar los gastos médicos”.
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Así mismo, en diálogos con medios locales, crítico las intenciones de los encargados de establecimiento, que según ella han solicitado que: “hablen con las autoridades del ayuntamiento para que puedan reabrir sus puertas”.
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