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La triste historia detrás de los sándwiches colgados en una calle de Medellín

Una historia destacada que circula en Medellín sobre sándwiches colgados cada madrugada en Manrique. ¿Mito urbano?

La triste historia de los sándwiches colgados en Manrique
La triste historia de los sándwiches colgados en Manrique
/Foto: IA /

Es una historia destacada en Medellín, contada una y otra vez en redes sociales, chats de barrio y publicaciones virales. Sin embargo, también se repite una advertencia: podría tratarse de un mito urbano o de un relato que nunca ocurrió exactamente así, aunque muchos aseguran haber escuchado versiones muy parecidas durante años.

La historia ubica todo en una esquina del barrio Manrique. Según el relato, todos los días, sin falta, a las 3:00 de la madrugada, aparecían varios sándwiches envueltos en papel aluminio, dentro de una bolsa plástica, colgados de un poste. Nadie los anunciaba. Nadie los repartía. Simplemente estaban ahí.

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Quienes vivían en la calle del sector lo sabían.
“Si llegaba a las 3:15, ya no había nada”, decía uno de los comentarios que luego circularon en redes.
Era una especie de regla no escrita. Puntualidad absoluta.

El relato insiste en que esto ocurrió durante seis años, entre 2016 y 2022. Ni la lluvia, ni la Navidad, ni el Año Nuevo alteraban la rutina. Siempre a la misma hora. Siempre en el mismo lugar.

Nadie conocía al responsable. No hablaba con nadie. No se quedaba observando. Solo dejaba la bolsa y se iba.
“Aquí nadie veía a nadie”, decían los vecinos cuando se les preguntaba.

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En 2022, según la historia, todo cambió. Una madrugada la bolsa no apareció. Tampoco al día siguiente. Ni la semana siguiente. Los habitantes del sector comenzaron a preguntarse qué había pasado.
—“¿Y el man de los sándwiches?”
—“¿Será que se cansó?”
—“¿Será que le pasó algo?”

Es ahí donde entra Carolina, una trabajadora social del sector, personaje clave dentro del relato. Supuestamente, decidió investigar. Tocó puertas, habló con tenderos, con vecinos antiguos y con vigilantes nocturnos.

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Uno de ellos, según la historia, le dijo:
“Yo sí lo vi varias veces. Era un señor mayor, como de 65 años. Llegaba en moto, colgaba la bolsa y se iba. Nunca hablaba.”

Carolina le preguntó por qué había dejado de aparecer.
—“No sé. Hace meses que no lo veo”, respondió el vigilante.

Ante la falta de respuestas, Carolina habría publicado un mensaje en grupos de Facebook de Medellín buscando información. El texto se compartió miles de veces en pocos días, siempre según el relato.

Se descubre quién colgaba los sándwiches

Entre los comentarios apareció uno que llamó la atención:
“Creo que era mi papá”, escribió una mujer llamada Lucía.

Carolina la contactó. Lucía contó que su padre se llamaba Hernán y que había fallecido meses atrás por un infarto.
“Mi papá salía muy temprano todos los días”, dijo ella. “Nunca nos explicó mucho por qué.”

La historia da un giro cuando Lucía relata que Hernán había perdido años atrás a su hijo menor, Sebastián, quien vivía en la calle.
—“Mi papá lo buscó durante años y nunca lo encontró”, habría dicho Lucía.
Según el relato, Sebastián fue hallado sin vida en una esquina de Manrique, lo que marcó profundamente a su padre.

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“Si hubiera comido algo, tal vez no habría pasado”, repetía Hernán, según la versión que se cuenta.

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Desde entonces, siempre según esta historia, Hernán comenzó a preparar comida cada noche. Ocho sándwiches. A veces con jamón y queso; otras veces solo pan con mantequilla.
“No le alcanzaba para más, pero nunca dejó de hacerlo”, decía Lucía.

El relato concluye contando que, tras conocerse la historia, varias personas decidieron continuar con la tradición, turnándose para dejar comida en la misma esquina, a la misma hora.

Aun así, no existen registros oficiales ni confirmaciones públicas que respalden cada detalle. Por eso, muchos insisten en que se trata de una historia urbana que creció con el tiempo, mezclando hechos, emociones y relatos compartidos.