Le sucedió a un joven de 20 años en Bangkok, Tailandia, al aparecer no estaba conforme con el tamaño de su pene, por lo que decidió someterse a un tratamiento de agrandamiento, y aunque resultó efectivo, la manera para comprobarlo no fue la mejor, ya que lo metió dentro de un tubo donde se le quedó atorado.
Aunque el joven aceptó que luchó varios minutos para liberar a su 'amiguito' del tubo de PVC, no fue posible, pues este se inflamó y empezó a tomar un color rosa que empezó a preocuparlo, además el dolor era insoportable.
Rendido y avergonzado decidió llamar a emergencias para que le ayudaran, sin embargo, al atenderlo en su apartamento tampoco pudieron liberar su pene, así que decidieron llevarlo a un hospital donde además llamaron a los bomberos.
Finalmente, luego de 20 minutos, el uso de pinzas, una cierra eléctrica y bastante gel lubricante, el 'amiguito' fue liberado.
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Un miembro del equipo de rescate explicó que, aparte de su tamaño, e l pene del hombre se hinchaba cada vez que lo tocaban, lo que dificultaba la extracción de la tubería.
"No habría tenido este problema" si no me hubiera puesto las inyecciones de agrandamiento contó el hombre: y añadió: "Estoy molesto porque gasté mucho dinero en eso, y ahora también tendré que pagar las facturas médicas" , dijo.