San Bernardo, un pequeño municipio de Cundinamarca, ha captado la atención del mundo con un enigma que parece sacado de las páginas del realismo mágico. Este lugar, conocido por su belleza natural y tierras fértiles, alberga un misterio que ha desconcertado a científicos e investigadores desde 1963: sus momias naturalmente conservadas.
El Museo de Momias, también conocido como el Mausoleo de José Arquímedes Castro, es el centro de este fenómeno fascinante. A diferencia de las momias egipcias, que requieren un proceso meticuloso de embalsamamiento, las momias de San Bernardo se conservan sin intervención humana. Este fenómeno ha generado numerosas teorías, desde la dieta particular de los habitantes hasta posibles factores místicos, pero ninguna explicación ha sido concluyente.
Desde que se reportó el primer caso hace más de cinco décadas, se han exhumado más de 200 cuerpos que desafían la descomposición natural. Estos cuerpos, tanto de adultos como de bebés, muestran un estado de conservación sorprendente, con rostros que a menudo parecen esbozar una eterna y enigmática sonrisa. Este detalle ha añadido un toque de macabra curiosidad, convirtiendo a San Bernardo en un destino turístico peculiar y fascinante.
La necrópolis del pueblo, donde se encuentran estas momias, se ha convertido en una atracción inusual. Los visitantes pueden explorar el Mausoleo de José Arquímedes Castro y ver de cerca los cuerpos preservados, aprendiendo sobre las posibles causas y leyendas asociadas a este fenómeno. El museo ofrece una experiencia educativa y única, aunque con un horario específico: está abierto de 9:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:00 p.m. a 5:00 p.m., y permanece cerrado los martes, mientras que los viernes solo abre por la tarde. La entrada tiene un costo de 5.000 pesos.
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Para llegar a San Bernardo, los turistas pueden tomar un bus desde el Terminal del Sur en Bogotá. El pasaje oscila entre $20,000 y $30,000 COP, y el viaje dura un poco más de tres horas. Esta travesía no solo lleva a los visitantes a un lugar de belleza natural impresionante, sino también a un rincón del mundo donde lo inexplicable y lo extraño se entrelazan con la realidad cotidiana.
El enigma de las momias de San Bernardo sigue siendo un desafío para la ciencia. Cada teoría propuesta añade una capa de intriga a este fenómeno. Mientras algunos sugieren que el secreto podría estar en la alimentación local o en las condiciones específicas del suelo, otros apuntan a explicaciones aún más esotéricas. Sea cual sea la verdad, San Bernardo continúa siendo un lugar donde la muerte no es el fin definitivo, sino el comienzo de un misterio sin resolver.
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