
En el corazón de Floridablanca, Santander, se encuentra un pequeño pero popular local que ha convertido la tradición en una experiencia gourmet inesperada.
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‘Tentaciones, dulces y obleas’, liderado por el emprendedor Cristian Mauricio Jiménez Delgado, ha llamado la atención de turistas y locales por su osada reinterpretación de un postre clásico: la oblea.
Jiménez, quien lleva más de siete años explorando nuevos sabores, ha revolucionado la forma en la que se consume este dulce típico colombiano.
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Desde sus inicios con combinaciones como aguacate, maracuyá y sal, el bumangués ha demostrado que lo inusual también puede ser delicioso. Su primer experimento, que él mismo creyó que fracasaría, terminó convirtiéndose en un éxito rotundo entre los curiosos.
¿Dónde nace la oblea con hormigas culonas?
La más reciente creación de Jiménez lleva por nombre ‘La santandereanita’ y es un homenaje a la esencia gastronómica de su tierra.
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Esta oblea va mucho más allá del tradicional arequipe: incluye café, un toque de sal, aceite de oliva y el ingrediente estrella que la ha puesto en boca de todos (literal y figuradamente): la hormiga culona, insignia culinaria de la región.
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Este insecto, que ha sido consumido desde tiempos ancestrales por los indígenas Guane como parte de rituales de cortejo, vuelve a cobrar protagonismo gracias a esta fusión inusual de sabores.
Según el medio Weekend Santander, comer hormigas culonas era una forma simbólica de pedir matrimonio, lo que refuerza su arraigo cultural.
La propuesta ha generado todo tipo de reacciones. Mientras algunos se rinden ante esta mezcla de lo dulce con lo salado y lo crocante con lo cremoso, otros se resisten a probarla.
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En redes sociales, los comentarios van desde elogios por la creatividad y sabor, hasta expresiones de incredulidad ante la idea de comer insectos en un postre.
Uno de los que se atrevió a probarla fue el reconocido influencer gastronómico Tulio Recomienda, quien compartió la experiencia en sus plataformas y dio a conocer el plato a una audiencia aún más amplia.
Su visita al local fue decisiva para viralizar esta joya gastronómica que combina innovación y arraigo cultural.
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¿Dónde queda el local donde venden obleas con hormigas culonas?
Ubicado junto a la emblemática Casa Piedra del Sol, el local de Jiménez recibe cada mes a cientos de turistas interesados en vivir una experiencia gastronómica fuera de lo común. Las obleas crujientes, acompañadas de sabores inesperados como chorizo, maíz y chicharrón, han encontrado en las hormigas culonas una nueva forma de reivindicar lo autóctono.
“Quería una oblea que representara a Santander en cualquier parte del mundo”, cuenta el creador de ‘Tentaciones’. Y vaya que lo ha logrado: su propuesta se ha vuelto un símbolo de innovación con identidad, capaz de reunir tradición, valentía culinaria y una pizca de locura.
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